La altitud de las montañas que forman el Parque Natural de la Sierra de Cebollera permitió que durante los períodos fríos del Cuaternario, las glaciaciones, y especialmente durante el periodo del Würm, quedasen parcialmente cubiertas por glaciares de circo y glaciares de valle. La erosión producida por estos glaciares es aún patente en esta zona, configurando los rasgos más característicos de su paisaje.
Los glaciares son masas de hielo que se desplazan por la superficie terrestre a partir de las zonas de acumulación. Presencia continuada, tiempo y movimiento convierten al hielo en un agente modelador del paisaje que se refleja en la huella -la consecuencia- del glaciar que fue.
Nieves y hielos las cubren de forma permanente durante un invierno prolongado, madrugador y persistente. Pero los glaciares desaparecieron hace tiempo y hoy son las formas que modelaron en el paisaje las que acogen la nieve de temporada, abundante como para aventurar el aspecto que tuvo el fenómeno original, pero destinada a desaparecer en la primavera tardía y permitir la exhibición desnuda de las huellas que fueron dejadas por los hielos permanentes.
Circos, nichos, morrenas, valles glaciares... morfología del hielo que encuentra en Cebollera y Urbión uno de sus máximos exponentes dentro del Sistema Ibérico, tanto por su número como por su desarrollo.