El topónimo " Cameros " parece tener su origen en el nombre de los más antiguos pobladores de la zona: los cántabros y los berones. El territorio que habitaban tomó nombre de unos y otros, sintetizando la denominación "Camberos", que el paso del tiempo y la evolución natural del lenguaje simplificó en el actual "Cameros".
Aquellos primeros pobladores de Cameros eran pastores. Ya en el Neolítico practicaban un pastoreo trashumante, aposentándose durante el verano en las zonas elevadas de la sierra al provecho del pasto fresco y emigrando durante el invierno a las tierras más templadas de los Valles del Ebro y del Duero, en busca de alimento para sus ganados.
La Alta Edad Media es la época en la que se empieza a forjar lo que hoy conocemos como territorio municipal. El desarrollo del régimen feudal vería cómo los reyes recompensaban a sus nobles con señoríos sobre determinadas zonas, o ampliaban las posesiones de la Iglesia con extensas donaciones.
La Mesta
Los cameranos poseían una oportunidad económica única en su entorno y en su tiempo. Los pastos de altura les proporcionaba alimento fresco y abundante para el ganado en épocas en que otros pastos quedaban agostados. Con este potencial exclusivo al alcance de su mano podían, a través de la trashumancia, producir un recurso de muy alto valor y escasa competencia: la lana fina. Y es que la mejor lana fina se obtenía a partir de las ovejas merinas trashumantes, las que nunca soportaban ni mucho calor ni mucho frío, y las que siempre se alimentaban con comida fresca y de alta calidad.
Nació una organización basada en el pacto y en la palabra, en la reunión o "Mesta" de pastores. El interés común, una vez más, les llevó a poner en práctica unos mecanismos de funcionamiento democráticos e igualitarios.
La cabaña se desarrolló de forma espectacular; cientos de miles de cabezas lanares llegaron a recorrer toda Castilla, su creciente importancia consiguió aglutinar la economía práctica y el poder político, por encima de localismos arcaicos y caciquismos estériles.
En Cameros propició esplendor económico y prosperidad a cambio de las duras condiciones de vida que imponía, llegando a disponer los ganaderos cameranos de la "mayor renta per cápita" de Europa gracias a la lana de oveja que se exportaba o trabajaba en las fábricas textiles de la zona camerana y limítrofes.
El paisaje hace 200 años
La cubierta vegetal de la Sierra de Cameros ha evolucionado en consonancia con la actividad del hombre. Hasta los principios del siglo XIX, las tendencias evolutivas están condicionadas por la intensa deforestación llevada a cabo en la zona, siendo el aprovechamiento de los bosques como fuente de energía y la ganadería las principales causas generadoras de este proceso.
Los cameranos necesitaban el bosque como fuente de energía. Poco a poco fueron deforestando las formaciones leñosas cercanas a los pueblos. Más tarde, los requerimientos energéticos aumentaron conforme crecía la industria textil.
Otro motivo, y fundamental, fue la presión ganadera. Tradicionalmente, el pastor camerano veía en el bosque un limitante del desarrollo que competía con su ganado y amparaba al lobo. No es de extrañar, desde este punto de vista, que ocasionalmente quemaran y talaran zonas de bosque para permitir el desahogo de sus rebaños a la hora de pastar y de producir abundante lana fina y de calidad.
Cuando el equilibrio entre pastos de alta montaña disponibles y la cantidad de ganado se quebró, las ovejas fueron penetrando en el bosque, devorando los pequeños y tiernos rebrotes, con lo que impidieron durante siglos la regeneración del arbolado.
La Sierra de Cebollera alberga dos poblaciones de gran relevancia en el Cameros trashumante: Villoslada y Lumbreras. El alto número de cabezas de ganado que llegaron a albergar entre ambas, rondantes las 200.000 a finales del siglo XVII, y la importancia de la fábrica de paños de Villoslada.
CRISIS ECONÓMICA
Fin de la mesta
En el siglo XVIII la Mesta se convierte en el centro de los ataques de políticos e intelectuales ilustrados que veían en la Hermandad un reducto de privilegios inaceptables y un obstáculo al progreso. Además, la agricultura estaba necesitada de una urgente reforma. En 1779, el rey Carlos III nombra Presidente del Concejo de la Mesta a Campomanes, impulsor del primer intento serio de llevar a cabo la reforma agraria desde su puesto de Fiscal del Consejo de Castilla.
A la pérdida de privilegios se suma la creciente necesidad de tierras para una agricultura en pleno proceso de reforma; las necesidades agrícolas forzaron la disminución y, en consecuencia, el encarecimiento de los pastos en un momento en el que la lana fina perdía valor en los mercados internacionales. Los grandes rebaños se hicieron insostenibles y el número de cabezas disminuyó rápidamente: apenas un millón de ovejas trashuman todavía al inicio del siglo XIX, de los más de tres millones que lo hacían durante el siglo XVI. Finalmente en 1836 desaparece la Mesta como institución, siendo sustituida por la asociación de Ganaderos del Reino.
El hundimiento de la trashumancia en la Sierra de Cebollera tuvo lugar ya a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Los diezmados rebaños desaparecieron progresivamente. Testimonio de una forma de vida y de una cultura de milenios, en Villoslada se registran vestigios de trashumancias parciales en 1972.
Abandono de los pastos: la emigración
Aquellos ganaderos cameranos que alcanzaron una de las mayores rentas per cápita de Europa, eran, en su mayor parte, nobles cuyos blasones adornan las fachadas de las casas señoriales de Villoslada y Lumbreras. El resto, la mayoría, recibía salario por su trabajo en las trashumancias y la posibilidad de incluir las 50 a 75 cabezas que poseían a modo de "escusa" en el rebaño del amo. Y todos equilibraban la dieta con el trabajo del campo.
Cuando la actividad de la fábrica disminuyó gravemente y el trashumo comenzó su proceso imparable de desaparición, los cameranos tuvieron que buscar nuevos recursos. La única solución para la población era la emigración fuera del municipio, de modo que los cameranos tuvieron, una vez más, que hacer el petate. Trashumantes de tantas generaciones, estaban acostumbrados.
En apenas siglo y medio la Sierra de Cebollera, al igual que todo Cameros, pasa de una fuerte presión sobre el bosque al abandono no sólo del pastoreo y de la búsqueda de fuentes de energía para la industria, sino incluso de la agricultura. Al igual que los siglos de presión, las nuevas circunstancias no podían dejar de influir en el paisaje.
Nueva economía
Los Cameranos y el paisaje
Todo ha cambiado. Los cameranos y el monte. Atrás quedó la era de la trashumancia y de las emigraciones masivas. En los últimos años la actividad agrícola ha quedado reducida a pequeños huertos familiares y a los prados de siega para el ganado, ahora en su mayor parte vacuno.
El Diccionario Geográfico-Histórico- Estadístico de Pascual Madoz recoge la primera cita del pino silvestre como especie dominante en algunos lugares del municipio de Villoslada.
La siguiente clasificación que conocemos corresponde a 1859. En ella siguen sin citarse los pinos en Lumbreras, pero en Villoslada ya ocupa como especie dominante. También se menciona el enebro, lo que confirma el claro proceso de colonización de espacios deforestados por formaciones arbustivas tras la drástica disminución de la presión ganadera.
La progresión colonizadora del pino se ha mantenido hasta el momento actual. Su gran capacidad de adaptación a las nuevas condiciones edáficas, la gran resistencia a la sequía estival y al frío de las cotas más elevadas, han permitido que se asentara ventajosamente en las zonas en las que el ganado se está retirando.
La presencia del pino actualmente permite el asentamiento y avance de los árboles de hoja caduca. Proporciona el ambiente propicio para que progresivamente, y de forma natural, se restaure el antiguo paisaje compuesto de hayedos y robledales.
Los hayucos, los acebos y brinzales de roble crecen a la sombra de los pinos en el suelo regenerado. Así, tras la colonización pinariega otros bosques se van abriendo paso, dando lugar a una mayor diversidad y riqueza forestal, probablemente desconocida en Cameros desde que la presión ganadera empezó a abrir los espesos bosques.
Hoy, los bosques pinariegos constituyen la base territorial de la actividad económica en la zona camerana. Por ello, y por su espectacular colonización, resulta de gran interés el conocimiento de su evolución.
El camerano ya no ve en el bosque un competidor de los pastos ni el albergue de las alimañas, sino el elemento natural de su paisaje y la fuente de sus recursos. Aumenta el censo de ganado vacuno y aparecen los primeros rebaños de yeguas en régimen extensivo. Y empieza a cobrar cierta relevancia el aprovechamiento cinegético. El trabajo forestal permanece a la cabeza de todos mediante el empleo generado por la conservación y explotación de los bosques existentes. Villoslada y Lumbreras se sitúan en la zona predominantemente forestal de los Cameros: el Parque Natural Sierra de Cebollera.
Un Parque Natural es un espacio para la conservación de los distintos valores naturales, culturales y etnográficos, cuya finalidad es mantener el equilibrio entre el medio natural y las actividades humanas. Muchos de los valores que hoy contemplamos en la naturaleza son el fruto de la relación entre la tierra y el trabajo del hombre. Parques Naturales como el de Sierra de Cebollera admiten y fomentan todas las actividades del hombre capaces de producir, conservando y mejorando el entorno.