Origen de la fauna riojana
Evolución de la fauna
La fauna de una zona determinada no es constante a lo largo del tiempo ni del espacio y depende de numerosos factores como por ejemplo: la historia geológica de los continentes, el clima, la vegetación, la historia del hombre, así como de la propia capacidad de adaptación de cada especie.
La Rioja no es una excepción a estos principios generales. Su fauna actual es resultado de un proceso que se inicia débilmente en el Mesozoico y culmina en el periodo Cuaternario, caracterizado por la aparición de la especie humana. La sucesión de periodos fríos (glaciaciones) y periodos más cálidos (interglaciaciones) en un espacio de tiempo relativamente breve, estimularon profundos cambios evolutivos en su flora y fauna, de tal manera que las especies animales emigraron alternativamente, en busca de zonas más cálidas o frías, al ritmo que marcaban las oscilaciones glaciares.
Fauna tras la última glaciación
El final del último periodo glaciar (Würn) coincide con la desaparición en el "suelo riojano" de especies adaptadas a climas fríos que no pudieron soportar los cambios climáticos del Holoceno. Entre las especies extintas son de destacar la hiena cavernícola, el oso de las cavernas, el cuon, un cánido de tamaño intermedio entre zorro y lobo, el león o tigre de las cavernas, el leopardo, el bisonte, varios rinocerontes o el elefante lanudo. Y entre las que todavía viven en latitudes mayores el reno, el lince boreal, la marmota, introducida en los años 40 en el Pirineo francés, la marta o el rebeco, estas dos últimas presentes en el Norte peninsular. Por el contrario, un grupo de animales integrado por especies con mayor adaptabilidad, pudo superar las nuevas condiciones para pasar este periodo.
La influencia del hombre
La progresiva decadencia, e incluso desaparición en tierras riojanas de muchas de las especies que consiguieron sobrevivir a la última glaciación, son consecuencia directa de las modificaciones en el ecosistema infringidas por el hombre en su particular lucha por la vida. Es el caso de especies como el uro, el caballo y el asno salvajes, que iniciaron su declive con el Neolítico y sobrevivieron en libertad quizás hasta la Edad del Bronce, y también el de un copioso puñado de especies como el águila imperial, el urogallo, la cabra montés, el oso pardo, el lince ibérico, la avutarda, el quebrantahuesos, el buitre negro, la cigüeña negra, el cernícalo primilla, etc., que como consecuencia de la creciente influencia de las actividades humanas (caza, deforestación, contaminación...) terminaron por desaparecer del suelo riojano, algunas durante el presente siglo.
Colonizaciones históricas
Muchas especies que forman parte de la fauna de La Rioja llevan mucho menos tiempo entre nosotros del que pensamos. Así aprovechando las nuevas condiciones ambientales que ha ido creando el hombre han llegado hasta aquí distintas especies que se han aclimatado perfectamente. Es un proceso paralelo al denominado progreso, y se ha visto incrementado a partir de la Revolución Industrial. De entre estas especies tenemos las aves esteparias, así es más que probable que aves como la avutarda, el sisón, la ortega y el alcaraván, entre otras, colonizaran estas tierras, una vez que el hombre las despojara de los primigenios encinares, pinares y sabinares del Valle del Ebro y las convirtiera en amplios espacios donde instaló pueblos, cultivos y pastos para el ganado.
Entre los mamíferos tenemos el caso del ratón casero y del ratón moruno que son comensales del hombre desde el Neolítico y que llegaron a España procedentes de las estepas de Asia y el Magreb en las caravanas y barcos dedicados al comercio. La ausencia de hallazgos en los yacimientos paleontológicos, hace suponer que la incorporación de la gineta (un vivérrido africano) a la fauna riojana fue tardía, quizás durante la dominación árabe, y los primeros datos de su presencia se remontan a la época histórica. Así mismo todo parece indicar que la rata campestre ocupaba en un principio Asia Central, Persia y la India y sólo a partir del siglo XII se asienta por Europa, también a través de las rutas del comercio. Su pariente la rata común, tardó unos siglos más en llegar a la Península. Originaria del Este asiático tuvo que esperar hasta la invasión napoleónica (siglo XIX) para empezar a colonizar Iberia. Un apartado importante de este grupo de especies son los peces. La carpa y el carpín son indígenas de Asia y algunos autores sitúan su introducción en España durante la dinastía de los Hausburgo, mientras que el gobio fue introducido en aguas peninsulares en el siglo XIX procedente de Centroeuropa.
Colonizaciones recientes
Más recientemente, en el pasado siglo XX, otra serie de especies animales han colonizado el territorio riojano. En unos casos esta colonización ha sido debida a introducciones intencionadas por el hombre, muy habitual en fauna piscícolas, con especies como la trucha arco-iris, el black-bass, el pez gato y el cangrejo rojo proceden de América del Norte. Más recientemente el lucio y el alburno originarios de Asia y parte de Europa han sido introducidos de manera irregular en el río Ebro.
Otros casos bien distintos de colonizaciones son las expansiones de las poblaciones naturales como el protagonizado por el visón europeo, que se ha instalado en el Valle del Ebro en el último decenio procedente del País Vasco, mientras en las regiones europeas de donde es originario ha desaparecido por completo. En La Rioja se conoce su presencia desde 1995. Algo similar ha ocurrido con la tórtola turca, que desde los años 40 ha ido extendiéndose por toda Europa procedente del sur y centro de Asia. En La Rioja fue localizada por primera vez en la década de los 80 y hoy se reparte por los campos y jardines del Valle. Así podríamos seguir nombrando especies: salamanquesa, curruca cabecinegra, pájaro moscón, estornino pinto..., más abundantes en el grupo de los animales invertebrados, muchos de ellos generadores de plagas. Sirva como último ejemplo la mariposa Cacyreus marshalli originaria del África sur oriental, cuyas orugas han adoptado como planta nutricia los geranios de la ciudad de Logroño desde julio de 1993.
Recolonizaciones y reintroducciones
Un caso distinto es el de especies que habiendo ocupado hasta principios y mediados del presente siglo el territorio riojano se han extinguido y han vuelto a aparecer recientemente por distintas causas. Así tenemos varios ejemplos de ello y todos asociados a la influencia humana. Los casos del lobo y del ciervo conforman dos ejemplos divergentes. Ambos han convivido con el hombre desde principios del Cuaternario, y desaparecieron de nuestras sierras por su causa durante varias decenas de años en el presente siglo. Ambos han vuelto a aparecer, el primero por causas naturales al expandirse la población lobuna burgalesa y el segundo, como consecuencia de las reintroducciones realizadas por el hombre con individuos del sur de España. Más recientemente el cernícalo primilla que se extinguió en La Rioja en la década de los 50, ha vuelto a criar de forma natural a raíz de un proyecto de reintroducción que viene desarrollando el Gobierno de La Rioja desde el año 1998.
Nombre científicos de las especies citadas en el texto (solo fauna actual de La Rioja Ver [16 Kb]