El desmán ibérico (Galemys pyrenaicus) es un pequeño mamífero de la familia de los topos con hábitos semiacuáticos. Su aspecto es muy diferente de cualquier otra especie de la fauna ibérica con una trompa aplastada y desnuda y ojos diminutos. Para facilitar el buceo tiene membranas interdigitales, más desarrolladas en los pies posteriores. Mide en torno a los 12 centímetros, incluida la cola, y su peso ronda los 55 gramos.
Como muchos otros mamíferos, el desmán es una especie nocturna y su presencia pasa desapercibida. En nuestros ríos solo hay otros dos micromamíferos con hábitos semiacuáticos, los musgaños (Neomys sp) y la rata de agua (Arvicola sapidus) pero el desmán es tan singular que, bien visto, es difícil confundirlo con cualquiera de ellos.
El desmán viven en arroyos de montaña donde se alimenta de larvas de invertebrados acuáticos, principalmente tricópteros (frigáneas) y plecópteros (moscas de las piedras). Para capturarlas se zambulle en el agua y busca palpando con su trompa bajo las piedras. Sus presas son muy sensibles a la contaminación y por ello el desmán solo vive en ríos con aguas de muy buena calidad.
El periodo de celo se produce de enero a marzo y las hembras paren de marzo a julio entre 1 y 5 crías, pudiendo tener varias camadas al año. Aunque los desmanes pueden llegar a vivir hasta cinco años, son muy pocos los que alcanzan esa edad en el medio natural.