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El águila-azor perdicera (Aquila fasciata) es una rapaz de tamaño medio con una envergadura de 160 centímetros. Los adultos presentan dorso marrón con una marca blanca y las partes inferiores blancas con un moteado de barras verticales. Ambos sexos son similares en diseño, pero los machos algo menores. Los jóvenes presentan las partes inferiores de color canela y adquieren el plumaje de adulto al cabo de cuatro años.

Existen otras rapaces de tamaño similar, mucho más abundantes y fáciles de observar, con las que podría confundirse si no se tiene experiencia. La más parecida es el aguililla calzada (Hieraaetus pennatus) pero, a diferencia de ella, el águila-azor no tiene un contraste tan acusado en blanco y negro vista por debajo y tiene un envergadura mayor.

El águila-azor perdicera sobrevuela zonas abiertas de media montaña buscando las presas más rentables por tamaño y esfuerzo de caza, las más abundantes. Más de la mitad de las capturas en el valle del Ebro son aves, desde pequeño pajarillos a palomas, aunque también consume pequeños mamíferos y de forma más escasa reptiles. Es un ave discreta que pasa muy desapercibida.

Al final del invierno las parejas comienzan el arreglo del nido y hacen las puestas entre febrero y marzo, normalmente dos huevos. Si abunda el alimento, y no tienen molestias, pueden sacar dos pollos, si no solo sobrevive el mayor. Los jóvenes vuelan en junio, se emancipan hacia septiembre y no alcanza la madurez sexual hasta los cuatro o cinco años.