Fauna forestal

El medio forestal en La Rioja

Buena parte de las masas boscosas en La Rioja se encuentran relegadas a la mitad occidental del Sistema Ibérico riojano. En el Valle los bosques han sido históricamente roturados y transformados en tierras agrícolas y apenas podemos encontrar unos pocos de retazos de carrascales. En estas sierras podemos encontrar amplias superficies de hayedos (Fagus sylvatica) en la sierra de La Demanda y coincidiendo con las zonas de mayor humedad del resto de los valles. Extensas masas naturales de pino silvestre (Pinus sylvestris) crecen en el alto valle del Iregua coincidiendo con las zonas de sierra con una influencia más continental. En la media montaña se desarrollan rebollares (Quercus pyrenaica) y quejigales (Quercus faginea), los primeros formados bosques densos y poco desarrollados y los segundos con una gran importancia en las dehesas boyales de los Cameros. También podemos encontrar carrascales (Quercus rotundifolia) coincidiendo con las vertientes soleadas y los suelos más pobres.


Invertebrados

En un medio tan diverso como el forestal no es extraño que el polifacético mundo de los invertebrados alcance cotas máximas de complejidad. Así en la espesura no faltan insectos tan sorprendentes como el inofensivo macho del ciervo volante, el mayor de los escarabajos europeos, llamado así por sus desproporcionadas mandíbulas. Otras especies de fauna eurosiberiana presentes en los hayedos riojanos son el raro escarabajo Rosalia alpina, uno de los más bellos y codiciados de Europa, inconfundible por su coraza de terciopelo azul celeste con manchas negras, y la tau o hacha, una mariposa capaz de volar a gran velocidad entre los árboles.

Anfibios y reptiles

Las zonas húmedas y sombrías del bosque favorecen la presencia del tritón palmeado mientras los claros y las pedreras soleadas albergan a la víbora áspid escondida allí a la espera de pequeños roedores forestales que capturar. Otros reptiles de estas zonas son la lagartija roquera y la culebra lisa europea que también podremos ver en los terrenos despejados, el largarto verde y el lución, una especie de lagartija con patas atrofiadas que podemos ver recorriendo los prados de hierbas altas.

Aves nidificantes

Existen multitud de aves forestales, especies que en algunos casos también ocupan otro tipo de medios. Entre las rapaces diurnas tenemos el ratonero, el águila calzada o el águila culebrera. Algunas como el azor y el gavilán realizan la mayor parte de su ciclo vital en el interior del bosque donde cazan aves de pequeño tamaño. Una rapaz bien peculiar por sus hábitos alimenticios es el abejero europeo que se ha especializado en la búsqueda de enjambres dentro del bosque. De cualquier forma no son las únicas rapaces que podemos encontramos ya que otras de hábitos nocturnos como el cárabo o el búho chico también eligen los medios forestales.

De gran importancia en los bosques son los pícidos o pájaros carpinteros, en ellos podemos encontrar el pico picapinos y pito real. El primero en zonas de arbolado bien desarrollado y segundo más indiferente a la estructura del bosque ya que se alimenta fundamentalmente en el suelo a base de hormigas. Otros que también aprovechan los suelos para alimentarse son el zorzal común y el zorzal charlo en busca de invertebrados entre la hojarasca. Pero sin duda la especie más llamativa de las que explotan el suelo del bosque es la becada, una original ave de la familia de las agachadizas, que en vez de utilizar su largo pico para buscarse el sustento en los aguazales del Valle, prefiere desarrollar su vida entre hayas y robles.

En los bosques riojanos podemos encontrar anidando aves inexistentes en la España Mediterránea como el carbonero palustre, el camachuelo común, propios de hayedos y robledales o también el piquituerto, un fringílido excepcional de cabeza grande y pico desviado con el que hace palanca para sacar los piñones de las piñas. En cualquier caso son numerosas las especies que se presentan, así además de las ya comentadas tenemos aves como el mirlo, el petirrojo, el colirrojo real y el ruiseñor común entre los túrdidos. Otras como la curruca mosquitera, la curruca capirotada, el mosquitero papialbo, el mosquitero común, el reyezuelo sencillo y reyezuelo listado entre los sílvidos y de diversas familias como el arrendajo, el carbonero garrapinos, el herrerillo capuchino, el agateador común, el trepador azul, el pinzón o el mito.

Mamíferos

Los bosques son la garantía para que en La Rioja puedan vivir grandes ungulados salvajes. Las únicas especies que quedan en el Sistema Ibérico riojano de ese extenso grupo son el corzo, el ciervo, y el jabalí. De los tres, el corzo es el más apegado y dependiente del bosque, su población es boyante y las Sierras de la Demanda y de los Cameros se encuentran entre las mejores zonas corzunas de la Península. Sin embargo, al lobo ibérico le ocurre todo lo contrario, los bosques y matorrales del Alto Najerilla y sus sierras más próximas, son su último reducto en esta Comunidad. La población lobuna riojana no existe como tal, ya que es una continuación de la Castellano-Leonesa, y las estimaciones realizadas sobre su tamaño en La Rioja son dispares, pues mientras unas la cifran en unos 20 ejemplares, otras la sitúan en 40. No obstante, si atendemos al descenso en el número de ataques al ganado durante los últimos tres años, no es descabellado suponer que la población riojana es, aún si cabe, más reducida.

En el bosque los mamíferos roedores forman una comunidad numerosa y bien adaptada, como corresponde a un medio tan diverso y maduro. Unos tienen hábitos arborícolas y han desarrollado ojos saltones que calculan bien las distancias, colas que les sirven de balancín y largas patas traseras con las que saltar de rama en rama, son la ardilla, el lirón careto y el lirón gris. Otros pasan la mayor parte de su vida bajo tierra y sus ojos son pequeños, sus patas cortas y su cuerpo globoso para poder excavar mejor, son los topillos y ratones, entre los que destacamos el topillo rojo y el ratón leonado por hallar en estas sierras su morada peninsular más meridional. En la hojarasca del bosque caducifolio podemos encontrar especies como la musaraña enana y la musaraña de Millet. Por último no debemos olvidarnos de las especies de murciélagos forestales y de los excelentes depredadores situados en la cúspide de la pirámide alimenticia de los bosques riojanos como el gato montés, la gineta, la garduña y el tejón.

Nombre científicos de las especies citadas en el texto (solo fauna actual de La Rioja) Ver [19 Kb]