Conocer las opiniones y criterios de los distintos actores y agentes sociales implicados en la Reserva de la Biosfera de los Valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama es el objetivo fundamental del actual proceso participativo impulsado desde el Gobierno de La Rioja. De esta manera se busca detectar las necesidades del territorio y de sus habitantes, de tal manera que su visión quede plasmada en la redacción del Plan de Acción 2024-2033.
Este proceso participativo forma parte de la revisión periódica que cada 10 años elabora cada Reserva, de acuerdo con el Marco Estatutario de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera. La Reserva de la Biosfera de los Valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama fue declarada como tal por la UNESCO en el año 2003. En el año 2013 pasó su primera revisión periódica y se redactó el Plan de Acción 2014-2023, vigente hasta ahora.
Un plan compartido
Gracias a este proceso colectivo se aumenta el encuentro y el diálogo entre los distintos agentes vinculados de una u otra forma al territorio, profundizando en su estado actual y en las propuestas de las personas que viven, trabajan o interactúan de alguna manera en la Reserva de la Biosfera.
El proceso participativo se adapta a la singularidad del territorio, teniendo en cuenta las características socioeconómicas y demográficas del mismo. Además, las propuestas que se están recogiendo fomentan la inclusión, tienen en cuenta la perspectiva de género y buscan el cumplimiento de un conjunto de objetivos específicos:
Fases de actuación
El proceso participativo se estructura en 3 fases: elaboración del mapa de actores, implementación de espacios de participación y redacción de informe final. Todo ello será de gran valor para el análisis de la situación de la Reserva de la Biosfera de nuestro territorio y para la elaboración del nuevo Plan de Acción, según lo establecido en el Programa MAB. Como ya se ha dicho, esta hoja de ruta servirá como documento programático y en él aparecerán las líneas de acción y proyectos en los que se quiere trabajar durante la siguiente década, abordando las actuaciones de conservación, desarrollo económico y apoyo logístico necesarios para el cumplimiento de los objetivos generales de la Reserva. Todo ello, con la sensibilización y participación de la sociedad, clave para encontrar el equilibrio con el entorno.