Los bosques de ribera
El espacio natural de los Sotos de Alfaro constituye uno de los escasos lugares de La Rioja donde aún se conservan retazos de los antiguos bosques de ribera que se desarrollaron junto al Ebro.Sotos como éstos llegaron a ocupar en otros tiempos toda la llanura de inundación que el río Ebro fue dejando en La Rioja Baja. En la actualidad, en esa zona, los sotos sólo ocupan una superficie de 838,7 hectáreas, lo que supone nada más que un 4,5% de toda esa llanura de inundación.Los bosques de ribera constituyen la vegetación característica que podemos encontrar junto a los cauces de los ríos. En estos emplazamientos su desarrollo no depende tanto del clima de la zona, como de la disponibilidad de agua bajo el suelo en el que se asientan. La cercanía a los cauces de los ríos les proporciona unos suelos con una alto grado de humedad y en los que el nivel de agua disponible (nivel freático) es muy elevado a lo largo de todo el año.Esto hace que se trate de una vegetación con una gran singularidad ambiental y paisajística dentro del territorio en que se encuentra. Así, con el nombre de sotos denominamos a un tipo de bosques de ribera que se desarrollan en las llanuras de la inundación de los ríos.Esas llanuras se quedan junto al cauce, pueden ser muy amplias y se caracterizan por estar sometidas a las influencias de las crecidas y al alto nivel de la capa freática. Sobre ellas se desarrollan distintas formaciones vegetales que se disponen en bandas paralelas al cauce según sus exigencias de humedad y que configuran lo que conocemos como sotos.En su transcurrir por La Rioja, el río Ebro atraviesa diferentes materiales que van a condicionar las características y el desarrollo de los bosques de ribera de sus orillas.
Así, según esto, podemos dividir el recorrido del Ebro en dos tramos:
Estos bosques, que han venido siendo roturados para tierras de cultivo desde antiguo, han sufrido un retroceso alarmante en las últimas décadas. Así, en este tramo del Ebro los sotos han quedado restringidos a un 32% de la extensión que ocupaban en 1950 y tan solo a un 4.5% de toda llanura aluvial que debieron ocupar en otras épocas. Antes esta situación es donde mejor se comprende el valor que tienen sotos como los de Alfaro y la importancia de conservar lo poco que nos queda de este ecosistema.