[26 de noviembre de 2012]
Una vez concluida la temporada de alto riesgo del que ha sido uno de los veranos más duros de la década en nuestro país en cuanto a incendios forestales, La Rioja continúa un año más entre las regiones menos castigadas por el fuego.
En este sentido, es de destacar la creciente concienciación de la sociedad riojana a la hora de extremar las precauciones para combatir los incendios forestales, especialmente en las épocas de alto riesgo, lo que unido a la eficacia y las continuas mejoras en el dispositivo de prevención, vigilancia y extinción de incendios de la CAR está resultando clave para que las estadísticas de incendios de los últimos años no resulten especialmente negativas.
A fecha 31 de octubre nuestra región había registrado un total de 98 siniestros, 19 más que el pasado año en el mismo periodo. Respecto a la superficie afectada, este año se han quemado 120,8 hectáreas, cifra que se sitúa por debajo de la media de superficie forestal afectada por el fuego de los últimos cinco años, que supera las 165 hectáreas.La región ha tenido este año 29 incendios de más de una hectárea, frente a los 22 del año pasado, siempre teniendo en cuenta datos hasta 31 de octubre, para poder comparar intervalos de tiempo iguales. Este año también se han registrado 7 incendios que han superado las cinco hectáreas quemadas. En La Rioja, afortunadamente, no ha habido grandes incendios (los que superan las 500 hectáreas afectadas) desde el incendio del Alto Najerilla de 1986.
El incendio de mayor extensión de lo que va de año tuvo lugar a finales de agosto en Ribafrecha por el que ardieron algo más 12 hectáreas de pasto y matorral; otros de los incendios más significativos se registraron en Préjano, con 7,4 hectáreas quemadas por una negligencia en la quema de restos de poda; en Santa Engracia, donde el fuego arrasó 7 hectáreas de matorral mediterráneo y algún encinar disperso también por negligencia en zona agrícola; o en Ausejo, donde ardieron 7 hectáreas por un incendio que la investigación demostró que había sido intencionado y que, como ocurre en estos casos, se denunció y se trasladó a los tribunales. Con todo, más del 70% de los siniestros se quedaron en meros conatos con menos de una hectárea quemada.
En la media del quinquenio el porcentaje de conatos se sitúa en el 74%. Este año 2012 la superficie media quemada por siniestro se está en 1,23 hectáreas, mientras que la media del quinquenio es de 1,74 hectáreas, un dato que demuestra el nivel de efectividad de los medios de detección y extinción, ya que en la mayor parte de los casos los fuegos no afectaron a más de una hectárea y no se produjeron situaciones de peligro para los ciudadanos.
Este año, el factor climatológico ha sido crucial no sólo a la hora de incrementar la superficie quemada en todo el país, sino también para determinar las épocas del año con mayor siniestralidad.
El hecho de haber tenido un invierno muy seco, destacando los meses de febrero y marzo sin apenas lluvias, ha hecho que precisamente estos dos, especialmente marzo, hayan sido los meses de mayor siniestralidad en la región al producirse el 53% de los incendios y quemarse cerca del 47% de la superficie forestal de todo el año. En concreto, marzo encabeza la lista, con 38 siniestros, siendo también este mes cuando más hectáreas ardieron concretamente 35,3. El verano de 2012 también ha sido especialmente seco y duro en cuanto a incendios forestales, si bien La Rioja, afortunadamente, no ha tenido que sufrir ningún incendio de graves consecuencias durante la época estival.
En cuanto a la superficie quemada, hasta el 31 de octubre de este año han ardido en la región 120,8 hectáreas, si bien tan sólo 10,37 hectáreas, el 8,5 % del total, se corresponde a superficie arbolada, una cifra . Este porcentaje se sitúa muy por debajo de la media de los últimos cinco años, en los que la superficie arbolada quemada ronda el 14% del total. Respecto al pasado 2011, la proporción de terreno arbolado afectado por el fuego ha sido mucho menor ya que en 2011 ardieron cerca de 10 hectáreas de arbolado, un 16,8% del total.
La mayor parte de los incendios se siguen concentrando en el Valle del Ebro y su origen mayoritario siguen siendo las prácticas agrícolas inadecuadas como la limpieza de terrenos, ribazos y acequias de riego con empleo de fuego y la quema incontrolada de residuos agrícolas.
Estadísticas sobre incendios forestales
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