[mayo 2007]
La pérdida de la diversidad biológica, de especies y de ecosistemas es uno de los mayores peligros para el futuro de la humanidad. El deterioro y fragmentación de los hábitat, la explotación excesiva de animales y plantas, la introducción de especies, la contaminación o el cambio climático, entre otros factores, están provocando la transformación de multitud de ecosistemas y la desaparición de especies a un ritmo sin precedentes. De hecho, el promedio de extinción era de una especie de mamíferos cada 400 años y una de aves cada 200; sin embargo, en los últimos 400 años se ha documentado la desaparición de 58 especies de mamíferos y la de 115 de aves.
En este contexto, durante la Cumbre de La Tierra de Río de Janeiro, 150 países firmaron el Convenio sobre Diversidad Biológica para proteger esta biodiversidad. En 1994, la Asamblea General de la ONU declaró el 22 de mayo, día que entraba en vigor el convenio, como Día Mundial de la Diversidad Biológica.
La Rioja: pequeña en tamaño, grande en biodiversidad
A pesar de su reducida extensión, La Rioja puede presumir de ser una región con una elevada diversidad biológica. Su posición geográfica, entre la España húmeda y la de veranos secos, le permite recibir tanto los frentes fríos y húmedos del noroeste como la cálida y seca influencia mediterránea por el oeste. Además, cuenta con un peculiar relieve que separa dos grandes zonas muy diferentes entre sí: el Valle del Ebro, al norte, y la Sierra al sur con altitudes que llegan a superar los 2.000 metros. El resultado de todo esto es una variada gama de ambientes y topoclimas que permiten a muchas especies habitar en nuestra tierra. Así, La Rioja posee una flora y fauna de tipo mediterráneo en el Valle del Ebro y las Sierras bajas, y algunas especies más propias del norte de centroeuropa en las sierras más altas de la región (Demanda, Urbión, Cebollera y Hayedo de Santiago).
Un claro ejemplo de esta biodiversidad que caracteriza a La Rioja es el número de especies de fauna que habitan en ella. Sin tener en cuenta las miles de especies de invertebrados tan importantes para el ecosistema (como ejemplo, en La Rioja hay nada menos que 147 especies de mariposas diurnas), los vertebrados están muy bien representados en nuestra Comunidad. De hecho, La Rioja reúne en una extensión que supone tan sólo el 1% de la superficie de España, aproximadamente el 46% de los animales vertebrados que usan el Estado español como residencia habitual y el 60% de los peninsulares. Nuestra fauna consta en la actualidad de 305 especies de vertebrados: 24 de peces, 10 de anfibios, 23 de reptiles, 179 de aves nidificantes y 69 de mamíferos. De todas estas especies, se encuentran con alguna categoría de amenaza reseñable 36.
La flora riojana también es un claro ejemplo de nuestra biodiversidad. El catálogo comprende 2.018 especies de plantas vasculares (clasificación que comprende helechos, coníferas y frondosas). De todas ellas, 92 se hallan en alguna categoría de amenaza.
Esfuerzos de conservación
La conservación de la biodiversidad se afronta desde dos frentes complementarios: proteger especies y poblaciones individuales, o proteger los hábitat en que viven. La Rioja ha realizado en los últimos años un notable trabajo de cara a la protección de los hábitat y ecosistemas más valiosos; prueba de ello es la creación de un Parque y una Reserva Naturales, la redacción de Planes de Ordenación de los Recursos Naturales, la aprobación del Plan de Conservación del Medio Natural o la gran proporción de territorio que nuestra región ha incluido en Natura 2000.
Junto a la protección de espacios, la Administración riojana desarrolla importantes actuaciones para la protección de nuestras especies. En 1998, La Rioja se dotó del primer instrumento normativo que permitía actuar sobre las especies amenazadas a través de medidas de conservación: el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Flora y Fauna Silvestre de La Rioja. El catálogo incluye 6 especies de fauna y 3 de flora en la categoría de en peligro de extinción: visón europeo, águila azor-perdicera, perdiz pardilla, sisón común, pez fraile, cangrejo autóctono de río, grosellero de roca, androsela riojana y laurel de Portugal. En la actualidad todas estas especies, a excepción del pez fraile, cuentan con Plan de Recuperación, algunos de ellos conclusos y otros en ejecución: como ejemplo, en la última década las poblaciones de cangrejo de río han pasado de 16 a 65, el número de machos reproductores de sisón de 4 a 11, y se ha incrementado un 50% la población nidificante de águila perdicera (de 4 a 6 parejas.
Además, la Consejería de Medio Ambiente se ocupa de regular procesos que producen afecciones para la fauna y de desarrollar programas específicos para problemas puntuales que afectan a algunas especies; es el caso de la cigüeña blanca y la retirada de nidos, el aguilucho cenizo y la destrucción de las polladas o los murciélagos y las molestias a sus refugios de cría. Así, en la última década la Consejería ha corregido 35 kilómetros de tendidos eléctricos para evitar molestias a la fauna; sólo en 2006 se subvencionaron 28 nidos de aguilucho cenizo para salvar sus crías, y 705 ejemplares de murciélago se beneficiaron de la protección a sus colonias de cría. También se están realizando esfuerzos por reintroducir especies desaparecidas, como el cernícalo primilla, especie de la que se han reintroducido 620 ejemplares jóvenes en estos años.