[05 de febrero de 2013]
La Rioja cierra otra buena campaña de incendios forestales con 105 siniestros que afectaron a 109 hectáreas durante 2012
La región mantiene la baja siniestralidad del último decenio pese a que las condiciones climatológicas fueron especialmente adversas el año pasado
El año pasado se produjeron en La Rioja un total de 105 siniestros (23 más que en 2011), en los que resultaron afectadas 109 hectáreas (46,4 más que la campaña anterior), de las cuales 17,4 eran superficie arbolada. Sólo en los meses de febrero y marzo se registraron 42 siniestros y se quemó el 47,5% de la superficie forestal afectada.
Y es que la meteorología adversa sufrida a finales del pasado invierno, con escasas lluvias y el ligero incremento de quemas intencionadas relacionadas con prácticas agrícolas inadecuadas, han causado un aumento del número de siniestros y de la superficie afectada, "aunque las cifras se sitúen todavía por debajo de la media de los últimos diez años".
"El 2011 fue un año excepcional", ha recordado Nagore, para quien esta tendencia levemente creciente "nos da la razón en cuanto a la necesidad de ser cautos con los datos y no bajar la guardia, pero también en cuanto al esfuerzo que ha realizado el Gobierno de La Rioja para mantener la inversión y los recursos materiales y personales en la lucha contra incendios". En este sentido, ha agradecido especialmente el trabajo de los medios de detección y extinción que "continúan siendo un ejemplo de efectividad".
Al cierre de la campaña, la superficie forestal media quemada se ha situado en 1,04 hectáreas, manteniéndose por debajo de la media del último decenio. De los 105 siniestros registrados el año pasado, 77 fueron conatos (afectaron a menos de una hectárea) y 28 incendios. El incendio de mayor extensión tuvo lugar en agosto en Ribafrecha, como consecuencia de la quema de restos agrícolas. Se quemaron 12,16 hectáreas, de las cuales 1,62 eran superficie arbolada.
Escasez de lluvias
Desde el punto de vista meteorológico, el pasado 2012 se ha caracterizado por ser un año anómalo. Los meses de otoño (octubre y noviembre) concentraron las mayores precipitaciones, mientras que el resto del año, sobre todo el final del invierno (febrero y marzo) se saldaron con escasas lluvias, muy por debajo de la media del último decenio. En cuanto a las temperaturas, salvo el mes de agosto, estuvieron por debajo de la media, con 14,2 ºC, dos décimas más baja que la del año 2011.
Si se analiza la siniestralidad por meses, se observa un repunte en el mes de marzo respecto a la media del último decenio. Un 40% de los siniestros registrados en 2012 tuvieron lugar en los meses de febrero y marzo, con el resultado de un 47,5% de la superficie total de todo el año afectada. Por otro lado, destacan los meses de noviembre y diciembre en los que no se produjo ningún incidente.
La mayor parte de los incendios se siguen concentrando en el Valle del Ebro y su origen mayoritario siguen siendo las prácticas agrícolas inadecuadas como la limpieza de terrenos, ribazos y acequias de riego con empleo de fuego y la quema incontrolada de residuos agrícolas.
En relación con el origen de los siniestros, el 87% de los incendios se debieron al factor humano, de los que un 17% fueron negligencias y causas accidentales y un 54% tuvieron su origen en quemas intencionadas. En un 7,62 % de los casos no llegó a determinarse la causa del incendio.
Descárgate el informe estadístico [pdf 174 Kb]
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