Cuenca: Leza
Elemento: Relato
Descripción:
Para hacer el pan, lo primero que hacía falta era tener el trigo. El trigo se llevaba a moler a un molino de los llamados maquileros, que estaban a las orillas de los ríos y se movían con el agua que se depositaba por las noches en grandes balsas, para de día soltarla para que moviese el molino y moler las cargas de trigo que se llevaban.
Se llamaban maquileros porque se pagaba en trigo. El molinero se cobraba el diez por ciento del trigo que molía y a esta forma de pago le llamaban maquila. De ahí viene el refrán que dice: de molinero cambiarás, pero de maquila no te escaparás.
A los de San Román les decían en Trevijano los molineros, los molinos maquileros de San Román y de todos los Cameros estaban en la orilla de los ríos y se movían con agua.
Trabajaban de dos formas: en invierno y primavera, cuando el deshielo de las nieves, las acequias que las abastecían de agua iban llenas y entonces molían a acequia corrida, o sea sin detener el agua en la balsa que cada molino tenía.
Todos los molinos tenían en los ríos una presa, y de ella salía una acequia que llevaba el agua a la balsa del molino, cuando la balsa se llenaba soltaban el agua poco a poco e iban moliendo hasta que el agua se acababa. A esto se le llamaba moler a cubadas.
Los molinos estaban escalonados en los ríos de forma que cuando un molino vertía sus aguas otra vez al río del que las había cogido otra presa de otro molino las volvía a recoger y las llevaba a su balsa para volver a moler, y así sucesivamente.
Los molineros solían recoger la molienda por los pueblos y después la volvían a repartir una vez molida. Los molineros colocaban en sus mulos un collar de campanillas muy grandes que producían una sonoridad muy especial y les servía de aviso a los vecinos del pueblo que tenían necesidad de moler su trigo para hacer su pan casero.
De los molinos también había este otro refrán: de molino cambiarás, pero de ladrón no escaparás.
Espero que esto les recuerde su infancia a los viejos y a los jóvenes de hoy, les sirva de curiosidad por saber cómo vivían sus abuelos.
Comentarios: Este es un fragmento del libro escrito por Felipe Martínez Calleja natural de Jalón de Cameros y residente en Trevijano.
Fuente: Martínez Calleja, F., (2007). Cosas Curiosas del Abuelo Felipe