Tras una inversión de 3,2 millones de euros, el 2 de marzo de 2003 se puso en servicio el puente de Rincón de Soto sobre el Rio Ebro tras las obras de ensanche y rehabilitación ejecutadas por la Dirección General de Carreteras del Gobierno de La Rioja y que han dotado a esta infraestructura de una nueva perspectiva en términos de comodidad y seguridad vial tanto para conductores como para peatones en una importante vía de conexión sobre el Río Ebro con la Comunidad Foral de Navarra.
El puente, construido a mediados de los años 20 con una anchura de 6 metros, poco acorde a las exigencias del tráfico actual. El estado general de conservación del mismo era bueno, sin apreciarse fisuras significativas, desconches o pérdidas de recubrimiento, aunque presentaba erosiones lógicas por el paso el agua a lo largo de los años y las consiguientes afecciones superficiales a la estructura del puente y a la losa superior.
Bajo la premisa del apovechamiento de la estructura original, se procedió, sobre ella, a su ampliación hasta conseguir 12 metros de anchura repartidos en dos carriles de 3,50 metros, con arcenes de 1 metro y aceras de 1,50 metros en cada lado. Para ello se definió una solución técnica consistente en reducir el peso del tablero original y reforzar la estructura de arcos del puente mediante hormigón proyectado, con el objetivo de dotarlo de una capacidad de carga de 70 toneladas.
En las pilas de soporte se ha aumentó su capacidad de carga mediante el micropilotado a base de tubos de acero de 96 milímetros de sección y una profundidad de anclado superior a los 30 metros desde el tablero del puente. El sistema de micropilotado se utilizó también para el fortalecimiento de los estribos.
El nuevo tablero se ha construido mediante la disposición de montantes de hormigón sobre los que se colocaron piezas de hormigón (costillas) de 11,60 metros de largo por 40 centímetros de ancho sobre las que se apoyan placas de encofrado mediante el sistema de "hormigonado in situ".
Las obras, en definitiva, aportaron seguridad al tráfico y a los peatones y dotaron de solidez a la estercutura a la vez se mantenían los elementos visuales esenciales del puente que lo hacen reconocible para los habitantes de la zona desde hace casi 100 años.