Tras la aprobación de la Nueva Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, el pasado jueves 16 de junio, la FIAB (Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebida) considera que, "se ha perdido una magnífica oportunidad para mejorar el funcionamiento actual del sistema de las redes de alerta. La actual redacción de la ley podría provocar situaciones como la sucedida recientemente en Alemania, donde un error cometido por parte de las autoridades de este país -acusando indebidamente a un producto alimentario que en este caso era español- ha puesto de manifiesto las fisuras existentes en la gestión y comunicación de los riesgos del actual sistema de las redes de alerta".
En este sentido, FIAB además lamenta que en el largo proceso de la tramitación de esta ley no se haya tenido en cuenta la demanda de la industria alimentaria española, que defendía que los operadores económicos tengan derecho a ser indemnizados por los gastos y daños ocasionados como consecuencia de actuaciones o comunicaciones indebidas, por parte incluso de las Administraciones Públicas, en los casos en los que finalmente se demuestre la ausencia del riesgo indicado.
En el capítulo de la nutrición, en opinión de la industria, "limitar la venta de productos altos en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal y azúcares en los centros escolares es una medida restrictiva e innecesaria teniendo en cuenta que no supone una solución real al problema de la obesidad infantil".
Además, teniendo en cuenta el complicado contexto económico actual, supone una traba más al sector de la alimentación, uno de los principales motores de la economía española que necesita medidas de impulso, no de freno a su actividad.
La industria siempre ha estado comprometida en la lucha contra la obesidad infantil. Por este motivo, lleva años impulsando y colaborando con la administración en la Estrategia NAOS, que ha dado buenos frutos y que la propia ley aprobada reconoce. Dicha estrategia recoge el principio fundamental de que no hay alimentos buenos o malos sino dietas inadecuadas y hace especial hincapié en la necesaria educación de niños y padres, factor esencial para el fomento de hábitos de alimentación y de vida saludables, potenciando la actividad física tanto en los colegios como de forma extraescolar.
Según la Federación, "las medidas adoptadas en este ámbito deberían haberse fundamentado teniendo en cuenta la dieta total y con una base científica y no reduciéndose a alimentos individualmente considerados".
Es importante matizar, en este sentido, que la nueva Ley no señala ni prohíbe alimentos concretos, ya que deja pendiente de definir qué se entiende por alimentos con "alto contenido" en los nutrientes señalados a los efectos de restringir su venta en estos centros. Así, puede darse el caso de que determinados alimentos "estigmatizados" (bollos, aperitivos, bebidas, etc.) sí que cumplan los requisitos que reglamentariamente se fijen.