Un envase para uso alimentario debe adaptarse tanto a las condiciones de procesado como al producto, teniendo en cuenta las propiedades del mismo y el comportamiento a lo largo de su vida útil hasta el consumo. Uno de los aspectos que adquiere mayor relevancia en el envasado alimentario es el de la conveniencia: ofrecer soluciones adaptadas a cada ocasión de consumo y a cada consumidor, relacionadas con la ergonomía, la facilidad de preparación y consumo. Otros aspectos relevantes que determinan la elección de materiales y tipos de envasado, son la sostenibilidad ambiental o las tecnologías emergentes de procesado de alimentos.
Según Itene (Instituto tecnológico del embalaje, transporte y logística), son tres las principales tendencias de futuro del envase y el embalaje: el alargamiento de la vida útil de los productos a través de envases activos, la evolución a envases inteligentes a través de nuevas funcionalidades, y el desarrollo de envases sostenibles.
Los envases activos son el principal ejemplo de que un envase ya no es una barrera pasiva que retrasa el efecto del entorno en los alimentos envasados. Así, pueden liberar sustancias a los alimentos o a su entorno (como compuestos antimicrobianos, por ejemplo), o absorber sustancias no deseadas (como oxígeno, humedad, etc.). Los envases inteligentes se basan en la monitorización del producto que contienen, indicando la calidad de ese producto a lo largo de su vida útil. En este ámbito se habla de las etiquetas inteligentes tiempo-temperatura, los dispositivos de identificación por radiofrecuencia (RFID), biosensores o envases antifraudes. En ambos casos se busca cubrir tanto los aspectos relaticos a la calidad. como la seguridad. Y en el caso de los envases inteligentes, la de comunicar.
En lo que respecta al envasado sostenible, varias son según Itene la líneas de actuación. Una es el desarrollo de nuevos envases basados en materiales biodegradables o compostables. En este sentido, el comportamiento algo limitado de los materiales basados en polímeros renovables hace que una de las técnicas que puede ser utilizada para incrementar las propiedades de dichos materiales sea la incorporación de agentes de refuerzo a escala nanométrica derivados de fuentes renovables, como las fibras celulósicas o inorgánicas, como arcillas modificadas. Otras de las líneas de actuación estarían basadas en la reducciónd de material de envase y embalaje, optiminzado el diseño de los envases.
Finalmente sería necesario desarrollar estudios y herramientas para desarrollar envases con menor huella ambiental (a través del ecodiseño de envases), así como la necesidad de medir la huella de carbono