La directora general de Investigación y Desarrollo Rural, María Martín, ha asistido hoy en el Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón (CTICH) en Autol a la primera reunión de coordinación del proyecto Biomush con el que la Asociación de Cultivadores de Champiñón de La Rioja (ASOCHAMP) junto a otros 11 socios europeos buscan desarrollar prácticas de gestión que les permitan hacer frente a las nuevas exigencias y retricciones sobre el uso de fungicidas y pesticidas que la directiva europea 2009/128 regulará próximamente.
Se trata de un proyecto que tendrá una duración de tres años y cuenta con un presupuesto de 1,5 millones de euros, financiados por la Unión Europea a través de un programa dedicado a la investigación y a la innovación.
ASOCHAMP actuará como coordinador del proyecto y el CTICH se encargará de una parte importante de la investigación. El resto de socios son la asociación castellano-manchega de cultivadores representada por RECOMSA; la francesa ANICC, la polaca SGBU, la cooperativa FTREV representando a los cultivadores italianos; los centros de investigación IBET (Portugal), INSPIRALIA (España), CTC (Francia); y las empresas LINCIS (Portugal) e EST (Inglaterra), que desarrollarán la parte tecnológica del proyecto. Por último, y dado el carácter internacional de este tipo de proyecto, también participa AGRON (ISRAEL) como una empresa de productos fungicidas y pesticidas.
La nueva directiva establece un marco de acción comunitaria para alcanzar un uso más sostenible de los plaguicidas, y reducir los riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Esta regulación hace que la aplicación de los principios de manejo integrado de plagas (MIP) sea obligatoria.
El objetivo principal del proyecto Biomush es reducir la dependencia de los plaguicidas y también las pérdidas de productividad que causan las enfermedades. En este sentido, se trabajará en la detección precoz de las enfermedades producidas in situ para facilitar el control de hongos competidores y las enfermedades fúngicas, incrementando la productividad en un 4,8%.
Por otro lado, se proporcionarán nuevos biopesticidas para el tratamiento biológico de plagas y enfermedades en champiñón; y se elaborarán directrices específicas e manejo integrado de plagas en los cultivos de champiñón.
Tanto las asociaciones de cultivadores como el resto de empresas participantes en el proyecto Biomush están convencidos que la consecución de estos objetivos ayudarán a aumentar la competitividad del sector europeo del cultivo del champiñón mediante la reducción de las pérdidas que se ocasionan por las enfermedades y las plagas que afectan a este cultivo. Además, el uso de productos menos nocivos dotará al sector de un mayor compromiso con la salud humana y con el respeto por el medio ambiente, lo cual podría traducirse en un valor añadido de cara a un consumidor cada vez más preocupado por su salud y por el desarrollo sostenible.