"Estamos comprobando la auténtica profundidad de la crisis" en un sector que "bajará su producción con toda seguridad en 2009" después de hacerlo a nivel mundial cerca del 40% en los cuatro primeros meses del año, indicó Naranjo, antes de citar, como aspectos positivos que podrían anticipar la recuperación, un aumento de los pedidos, un descenso en el inventario de distribuidores y una buena acogida a las dos subidas de precios realizadas por Acerinox.
En el actual contexto, que ha conducido a la empresa a una situación "desconocida en 32 años", el grupo repartirá a cargo de las cuentas de 2008 un dividendo similar al de 2007, de 0,45 euros por acción, pero dejará de distribuir los 0,03 euros de prima por asistencia a la junta de 2007, explicó Naranjo.
Además, amortizará la totalidad de la autocartera, esto es, el 1,964% que conserva tras la reciente venta del 2%, y mantendrá, a no ser que cambie la situación, los ERE temporales en las plantas de Campo de Gibraltar y Ponferrada, que limitan la producción al 50%. En las plantas de Estados Unidos y Suráfrica ya ha habido despidos.
El grupo está aplicando un programa de recorte de gastos conocido como Plan de Excelencia 2009-2010 dirigido a diez áreas, incluidas las de producción y distribución, y a procurar al final del periodo un ahorro recurrente anual de 133 millones de euros.
Malasia, China e India
Naranjo explicó que el aumento en el consumo de acero inoxidable "se sustentará en el futuro en los países emergentes". Para ello, Acerinox participa con un 67% en la construcción de una planta en Malasia que, en la primera fase, atraerá una inversión de 320 millones de dólares (230 millones de euros) y producirá 240.000 toneladas al año. El desarrollo total de la planta, que puede durar hasta 12 años, requerirá inversiones de 1.500 millones de dólares (1.080 millones de euros).
En China, el grupo prefiere comercializar a fabricar, y está instalando una nueva oficina comercial que se sume a sus actividades en Hong Kong y Shanghai. En Bombay (India), también ha abierto oficina, y duda de la conveniencia de fabricar en el país ante las medidas 'antidumping' que se aplica a las empresas extranjeras.
Por otro lado, el grupo no prevé realizar grandes adquisiciones para crecer. "Nos resulta muy difícil demostrar a los accionistas que una adquisición puede mejorar el negocio, porque no nos interesa tanto ser grandes como ser rentables", aseguró Naranjo.