30 de julio de 2009

El desarrollo económico e industrial pone en el mercado productos cada vez más complejos, que requieren de una creciente especialización productiva. La integración vertical de empresas ha facilitado la producción de estos bienes, que la trocea en partes abordables por cada tipo de empresa especializada.

Este es el contexto en el que se enmarca la relación de subcontratación industrial, como un acuerdo entre empresas -normalmente no formalizado- que responde al objetivo de abordar conjuntamente una determinada producción, acorde con las necesidades técnicas y productivas de un único bien final.

Esta modalidad productiva se inicia con claridad en el sector del automóvil, pero se extiende hacia otras actividades industriales, como son los aparatos domésticos, los productos audiovisuales, la maquinaria y los equipamientos de transporte (aeronáutica, naval, ferroviaria) etc.

Simultáneamente, la gestión del negocio empresarial se ha sofisticado y las empresas centran su actividad productiva en aquello que les reporta mayor valor añadido, especializándose en segmentos de producto, procesos, materiales e incluso soluciones técnicas, más allá de su aplicación concreta. De esta forma, la relación de subcontratación industrial responde a las necesidades técnicas y de rentabilidad económica de la producción industrial del sector (del producto) y de las empresas.

El informe de la Cambra de Barcelona tiene como objetivo ahondar en el conocimiento de la relación de subcontratación industrial y de las empresas de Cataluña partícipes de este modo productivo.

Modos de relación de subcontratación

El punto de partida del análisis de la subcontratación industrial es la definición de la relación entre las empresas. Se construye como una horquilla de posibilidades en función del cumplimiento de ciertas opciones: la modalidad de la participación técnica en la producción subcontratada, la integración de la marca comercial del subcontratista, la exclusividad en la relación y que el contratista aporte las materias primas. Por lo tanto, la relación de subcontratación industrial es un conjunto de modalidades de relación interempresarial, en función de materiales, procesos y productos parciales y finales implicados.

Los resultados obtenidos subrayan la importancia de la implicación en el diseño tecnológico de la producción subcontratada, puesto que una de cada dos empresas subcontratistas (46%) participa en su definición y exige la exclusividad para una de cada cuatro empresas (24,1%). Se trata de una oferta especializada y la continuidad del negocio depende de la relación de subcontratación: tres de cada cuatro empresas subcontratistas (74,8%) desarrollan su actividad sólo bajo el formato de subcontratación. Es, además, una forma de relación empresarial en ambos sentidos, puesto que tres de cada cuatro empresas (70,4%) es, a su vez, contratista. Finalmente, el hilo conductor más evidente de la importancia de la relación de subcontratación es la asunción de parámetros reconocibles que homogenicen dicha producción. De esta forma, la calidad caracteriza la oferta de las empresas subcontratistas de Cataluña: tres de cada cuatro empresas (72,1%) reconocen la exigencia en certificaciones de calidad por parte del contratista, exigencia que se ha incrementado en casi quince puntos porcentuales desde 2003. Además de ello, casi cinco de cada diez empresas (46,4%) reconocen que el contratista exige certificaciones propias, situación que se mantiene en estos años. Y, finalmente, una de cada cinco empresas reconoce que existe una exigencia de certificación medioambiental, porcentaje que se triplicado con respecto de 2003.

La actividad de subcontratación industrial se centra en las líneas de actividad de productos complejos que son la base de la actividad industrial (automoción material de transporte, maquinaria, etc.) con un planteamiento productivo y estratégico regional/continental en un escenario global.

La actividad industrial de Cataluña cuenta con reconocidas empresas de prestigio, que son la parte contratistas del entramado empresarial analizado. En consecuencia, entre las empresas consultadas destaca el reconocimiento del sector de automoción y de material de transporte como los más mencionados.

Asimismo, destaca el eje metal-mecánico, que pone de manifiesto la descomposición de la cadena productiva. A lo largo de estos años, el eje metal-mecánico y del automóvil mantienen su importancia, pero decreciente. Dados los sectores de actividad en los que participan las empresas subcontratistas de Cataluña, la actividad de estas empresas no puede considerarse únicamente como un parque de proveedores de proximidad puesto que registran una importante presencia internacional. Así, dos de cada tres empresas consultadas (68,6%) exportan, actividad creciente con el tamaño empresarial y con la participación técnica del subcontratista en la producción y, el 14% cuenta con alguna implantación exterior. Así, su atención se centra en el sector en su conjunto, independientemente de cuál se a la ubicación (geográfica) del contratista y asumiendo un planteamiento multimercado. Se confirma la importancia de los mercados europeos, puesto que la UE absorbe el 83% de las ventas internacionales de las empresas subcontratistas, con una importante presencia de Francia y Alemania, como los dos mercados industriales tractores del continente.

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