16 de julio de 2009

"El objetivo de esta investigación ha sido desarrollar una formulación que se pueda aplicar como grasa lubricante basada exclusivamente en el uso de materiales naturales y, por tanto, 100% biodegradables”, explica a SINC José María Franco, ingeniero químico de la Universidad de Huelva, y coautor de un estudio publicado recientemente en Green Chemistry.

Las grasas ecológicas son “oleogeles” formados a partir de derivados de la celulosa de las plantas y aceite de ricino (un arbusto de la familia de las euforbiáceas) como base de lubricación. Franco considera que estas nuevas formulaciones “son una alternativa a las grasas lubricantes tradicionales, que cuando se vierten al medioambiente producen una contaminación difícil de combatir”.

Los lubricantes que se emplean en la industria se elaboran a partir de componentes no biodegradables, como aceites sintéticos o derivados del petróleo, y espesantes fabricados con jabones metálicos o derivados de la poliurea (una familia de polímeros sintéticos). Hoy por hoy son los que mayor rendimiento proporcionan, pero también los que plantean más problemas desde un punto de vista medioambiental.

Cada año millones de toneladas de aceites hidráulicos, industriales y procedentes de maquinarias se vierten en ríos, mares y campos. Los aceites basados en minerales llegan a contaminar las aguas subterráneas durante más de cien años, y pueden inhibir el crecimiento de los árboles y ser tóxicos para la vida acuática.

Hasta ahora, se habían encontrado soluciones parciales a este problema, como sustituir el aceite mineral de los lubricantes por otro vegetal, pero no se habían descubierto alternativas a los espesantes metálicos, también de alto poder contaminante. La nueva grasa ecológica aporta una solución, aunque los científicos reconocen que “hay que seguir investigando” para perfeccionar su comportamiento como lubricante y su efecto anti-desgaste.

Franco destaca a SINC que el nuevo material “presenta una estabilidad mecánica similar a la de las grasas tradicionales, y aporta gran resistencia a la temperatura, con propiedades reológicas (viscosidad) que no se modifican sensiblemente, aunque hemos detectado un alto grado de expulsión del material al someterlo a grandes fuerzas inerciales con altas temperaturas”. Cuando se utiliza esta sustancia en rodamientos, uno de los factores limitantes es que no se desprenda fácilmente de la pieza. De esta forma se minimiza la frecuencia de lubricación y, por tanto, se mantiene durante más tiempo las condiciones óptimas de funcionamiento de las máquinas.

Los investigadores continuarán estudiando ese aspecto para buscar el equilibrio entre el uso de componentes biodegradables para fabricar la grasa y la optimización de su capacidad como lubricante.

En cualquier caso, los científicos ya han confirmado que los “oleogeles” basados en derivados de la celulosa, además de ecológicos, presentan la ventaja de que son más fácilmente procesables y requieren una tecnología de fabricación más sencilla que la utilizada en las grasas convencionales.