Los carbonos activados, comúnmente producidos del carbón no renovable y de subproductos de plantas tales como madera y cáscaras de coco, se usan para purificar líquidos y gases, recuperar contaminantes químicos, y limpiar contaminación del medio ambiente. Ahora, el Servicio de Investigación Agrícola (ARS) ha obtenido una patente sobre una nueva tecnología que usa subproductos de animales para producir los carbonos activados.
A través de un comunicado, el ARS (la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. ) ha informado del trabajo que los químicos Isabel Lima y Wayne Marshall han desarrollado en el Centro de Investigación de la Región Sureña mantenido por el ARS en Nueva Orleans, Luisiana, desarrollando el método de convertir desperdicios de animales en carbonos activados llamados biochar. Este material procede de los sobrantes carbonizados de desperdicios de aves de corral, suministrados por instalaciones de producción de pollos no sólo del estiércol y las plumas, sino también material de lecho incluyendo serrín, virutas, y cascaras de cacahuetes.
Los pollos de engorde y los pavos producidos en EE.UU. producen aproximadamente 15 millones de t de desperdicios anualmente. El proceso de convertir los biodesperdicios en carbonos activados implica moler los desperdicios a un polvo fino que después se forma en bolitas. Luego, el material se calienta en un horno sin oxígeno a temperaturas de 1.300 a 1.500 grados Fahrenheit, creando un producto completamente sanitario.
El nivel alto de fósforo en los desperdicios de aves de corral puede ser un contaminante ambiental si grandes cantidades del fósforo entran en el agua subterránea, los ríos y los arroyos por el escurrimiento. Pero la concentración relativamente alta del fósforo agrega una carga negativa al carbono activado que es ideal para atraer iones cargados positivamente de metales tales como cadmio, cobre, zinc y plomo.
La tecnología trabaja cuando las superficies altamente porosas y químicamente activas de los carbonos activados se ponen en contacto y absorben moléculas de los contaminantes en gases y líquidos.
Según estimaciones preliminares, el coste de producir el biochar podría ser aproximadamente 65 centavos por libra de carbono a base de los desperdicios de pollos, el cual es competitivo con el coste de las alternativas comerciales. Evaluaciones también han mostrado que los materiales funcionan por lo menos igual o mejor que los productos de carbono ahora disponibles en el mercado.
Los carbonos activados producidos de los subproductos de animales podrían ser utilizados como absorbentes en cualquier aplicación de limpieza del aire o líquidos donde ahora se usa el carbono activado tradicional, según los inventores.