Los alimentos congelados suponen, en términos de valor, el 5 por ciento de nuestra cesta de la compra, estando presentes en el 98 por ciento de los hogares españoles. En el lineal de congelados conviven formatos individuales con tamaños de ahorro familiar; categorías básicas con segmentos Premium y marcas líderes con marcas de distribución. En todos los casos, el consumidor busca rapidez, comodidad y placer. Tres factores que constituyen los principales drivers de compra y que definen los congelados como una «propuesta convenience», a la que hay que sumar el valor añadido de las gamas saludables.
Cada hogar español consumió una media de 43,8 kg. de alimentos congelados en 2009, un 3,9 por ciento más que el año anterior. Una cifra claramente superior al incremento del total alimentación, que se situó en el 2,7 por ciento, según un informe elaborado por la consultora Kantar Worldpanel para El Mes del Congelado.
También las cifras en valor confirman que, en la actual coyuntura económica, los productos congelados gozan de buena salud. A lo largo de 2009 el gasto total en este tipo de productos superó los 3.500 millones de euros, un 1,8 por ciento más que el año anterior.
Especialmente destacable es la evolución de los congelados envasados que, en las actuales circunstancias, han conseguido crecer un 6,61 por ciento en volumen, lo que los sitúa en una posición mucho más favorable que los productos congelados a granel, que descendieron un 4,83 por ciento.
Los datos indican también que en estos momentos los alimentos congelados suponen el 5 por ciento (en términos de valor) de nuestra cesta de la compra y que están presentes en el 98 por ciento de los hogares españoles.
Por comunidades Autónomas, los catalanes son los que más alimentos congelados consumen. Concretamente cada hogar catalán consumió el pasado año una media de 47,7 kg. También por encima de la media nacional se sitúan los hogares andaluces con 47,2 kg. por hogar y año y los valencianos con 45,2 kg. En la parte baja de la tabla se encuentran el País Vasco con 32,1 kg, Castilla y León con 40,1 kg. y Galicia con 42,8 kg.
En el ámbito internacional, España se sitúa a la cabeza en el consumo de alimentos congelados, sólo por detrás del Reino Unido, donde cada hogar consume 67,1 kg de congelados anuales. Índices inferiores al nuestro presentan Francia (37 kg. por hogar) o Portugal (26 kg. por hogar).
Por lo que respecta al consumo per cápita, éste se situó en 16,2 kg. el pasado año, si bien existen algunos colectivos que superan con creces esta media.
Los datos de Kantar Worldpanel para El Mes del Congelado indican también que consumimos alimentos congelados más de dos veces por semana, y que nuestro menú preferido para incluir estos productos es el de las comidas de fin de semana.
Tres factores constituyen los principales drivers de compra, según Kantar, rapidez, comodidad y placer; y las categorías preferidas en nuestro país son el pescado y marisco -con una cuota del 47,3 por ciento-, seguida de las verduras y hortalizas con el 25,6 por ciento y los elaborados con el 15,1 por ciento.
Si atendemos a los datos de la consultora Iri España, las ventas de productos congelados en la distribución organizada (libreservicio de más de 100 m2) alcanzaron las 438.050,6 toneladas, por valor de 1.491,8 millones de euros, en el TAM marzo de 2010, lo que supone unos incrementos del 6,9 y 1,9 por ciento respectivamente, frente al año anterior.
Según dichos datos, el segmento con mayor peso fue el de el pescado y marisco congelado sin preparar, cuyas ventas alcanzaron las 79.208 toneladas y los 565,57 millones de euros, mostrando unos incrementos del 8,3 y 3,1 por ciento respectivamente. Dentro de este segmento, el marisco representa el 58,2 por ciento de las ventas en volumen, el pescado el 36,4 por ciento y los preparados de paella y sopa, el 5,4 por ciento restante.
A continuación se sitúan las verduras y hortalizas congeladas, con un volumen de 98.130 toneladas (+1,2 por ciento) y una facturación de 178,36 millones de euros (-2,9 por ciento). Dentro de este segmento, la categoría estrella sigue siendo la de judías, guisantes y espinacas congeladas, con el 53,3 por ciento de las ventas en volumen y el 43,3 por ciento del valor.
En tercer lugar, y en lo que a valor se refiere se sitúa el segmento de platos cocinados, con unas ventas de 44.518 toneladas (-1 por ciento) y 176,74 millones de euros (-4,8 por ciento). Dentro de este segmento, destaca el descenso de la categoría de canelones y lasañas, cuyas ventas retrocedieron más de un 7 por ciento tanto en volumen como en valor.
En cuanto a las pizzas, se anotaron incrementos superiores al 10,5 por ciento tanto en volumen como en valor, situándose en 25.199 toneladas por valor de 171,93 millones de euros. Dentro de este segmento, la categoría que registró mayores incrementos fue la de «otras pizzas», entre las que se incluyen las de atún, jamón y queso, etc, cuyas ventas llegaron a aumentar un 18,1 por ciento en volumen y un 17,3 por ciento.
Por lo que respecta al pescado y marisco congelado preparado, las ventas se situaron en 18.212 toneladas, por valor de 92,87 millones de euros, lo que supuso un aumento en volumen del 1,2 por ciento y un ligero descenso en valor del 0,9 por ciento.
El pan y la bollería congelada se anotaron incrementos del 21,5 por ciento en volumen y del 11,6 por ciento en valor, situándose en 37.400 toneladas y 72,9 millones de euros.
También las bases para pizzas, masas y otros congelados (cubitos de hielo, frutas y bebidas), registraron los mayores incrementos del sector, cifrados en un 25,4 por ciento en volumen y en un 16,1 por ciento en valor, totalizando 56.822 toneladas comercializadas y 51,5 millones de euros de facturación.
En cuanto a las patatas congeladas, en volumen se anotaron un incremento del 1,8 por ciento, hasta las 49.051 toneladas; mientras que en valor sufrieron un descenso del 5,8 por ciento, situándose en 56,42 millones de euros.
Por lo que respecta a la carne empanada, las ventas se incrementaron un 3,9 por ciento en volumen y un 3,3 por ciento en valor, hasta 9.119 toneladas y 47,64 millones de euros. El 61,1 por ciento de las ventas totales de carne empanada corresponde a los empanados de pollo y nuggets, y un 33,9 por ciento a los San Jacobos.
Las categorías más básicas, como croquetas y empanadillas registraron descensos tanto en volumen como en valor. Así, las croquetas, con un total de 11.473,8 toneladas comercializadas y 35,02 millones de euros de facturación, sufrieron una caída del 1,6 por ciento en volumen y del 1,1 por ciento en valor; mientras que las empanadillas retrocedieron un 2,8 por ciento en volumen y un 5,7 por ciento en valor, situándose en 6.243 toneladas y 24,66 millones de euros.
Igual suerte corrió la categoría de tartas saladas y otros congelados, entre los que se incluyen las empanadas, hojaldres y crepes, cuyas ventas descendieron un 7,9 por ciento en volumen y un 5 por ciento en valor, hasta las 2.219 toneladas y 14,98 millones de euros.
Por último, la categoría de carne congelada, aunque registró un incremento del 6,5 por ciento en volumen, hasta las 450 toneladas, en valor sufrió un descenso del 5,7 por ciento, totalizando 3,20 millones de euros.