Un proyecto que nació de la mano de Rosa Escandell, presidenta de la Asociación de Desarrollo, Comercio Alternativo y Microcrédito y que pretende conseguir la sostenibilidad económica de estas comunidades.
Tradicionalmente este pueblo de guerreros ha llevado una vida nómada que ahora se ve amenazada por factores políticos y por desplazamientos de su hábitat natural. Una situación que hace al pueblo maasai insostenible económicamente. Por ello, este proyecto dota a las mujeres de las herramientas necesarias para desarrollar un comercio sostenible. Ellas bordan las pieles utilizadas en la fabricación del calzado y elaboran los complementos que ya se venden en España.
El mayor impulsor de este proceso de cambio económico ha sido William Kikanae Ole Pere, el líder de esta comunidad maasai que ha visto en el comercio alternativo la forma de mantener su cultura y su modo de vida. El objetivo de William, que se encuentra en España promoviendo este calzado, es ayudar a su comunidad a través de la educación. Ahora, su pueblo cuenta con una pequeña escuela.
Además de mejorar la educación, la asociación de Rosa Escandell ha trabajado por la promoción de la mujer maasai. «Antes las mujeres no tenían ningún valor ni poder de decisión en las comunidades. Ahora es todo lo contrario», explica. «Ahora, los hombres cocinan y cuidan de los niños, mientras ellas trabajan. Un gran cambio en una comunidad de hombres guerreros», cuenta Rosa.