La Comisión de Medio Ambiente, salid Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo debatió ayer la posibilidad de promover un cambio en las normas que rigen la conservación de los alimentos, para alargar el periodo de validez y evitar que toneladas de productos que potencialmente puedan ser todavía útiles para el consumo tengan que ser destruidos.
El informe presentado por la euroescéptica danesa Anna Rosbach no suscitó la unanimidad de los miembros de la comisión, pero sí logró abrir una discusión sobre el hecho de que en la UE se desechen cada año casi 90 millones de toneladas de alimentos técnicamente caducados, mientras que existen carencias dramáticas en ciertas zonas de Europa o en otras partes del mundo. Otros eurodiputados consideraron que los criterios de caducidad de los alimentos han sido establecidos de manera científica y defendieron que se mantengan, aunque sí creen que se puede mejorar la cadena de conservación y los circuitos de comercialización para evitar que alcancen su fecha de caducidad antes de llegar al consumidor.
Otros eurodiputados de los países del Este se quejaron de que las multinacionales venden productos de menor calidad en sus países que en los de Europa Occidental. La Asociación Eslovaca de Consumidores ha detectado distinta composición en el mismo producto dependiendo del país en el que se pone a la venta.