10 de marzo de 2010
La Estrategia Estatal de Innovación es un intento más del gobierno hacia el ansiado cambio del modelo productivo español. Se pretende, a corto plazo, incrementar la actividad investigadora privada en unos 6.000 millones de euros; duplicar el número de empresas innovadoras; y reducir a cero la balanza de pagos tecnológica. Con la mirada puesta en 2015, la aspiración a largo plazo es lograr que España sea la novena potencia mundial innovadora, sentando las bases de cultura e infraestructura adecuadas para que la iniciativa privada sea la principal fuente de actividad innovadora sin el tradicional socorro de las arcas públicas.
El Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local 2010, dotado con 5.000 millones de euros, ofrece una oportunidad única para reforzar la ciencia y la innovación españolas actuando desde el ámbito local. Para incentivar la participación y colaboración entre ayuntamientos, se creará una Red de Ciudades de la Ciencia y la Innovación para integrar las que demuestren un mayor compromiso en estos campos.
Son dos los principales objetivos: uno, financiar inversiones municipales en obras de nueva planificación y ejecución inmediata, generadoras de empleo y de carácter social, que se aborden desde la perspectiva del desarrollo sostenible en sus vertientes medioambiental, de empleo y de apoyo a la innovación, económica y social; y dos, contribuir a la sostenibilidad social, mediante la financiación de los gastos corrientes que ocasione la prestación de servicios sociales de competencia municipal.
Los proyectos aplicables, siempre referidos a la sostenibilidad, son de tres tipos: económica, referida a parques empresariales, científicos y tecnológicos, infraestructuras de innovación y desarrollo tecnológico, despliegue y acceso a las redes de telecomunicaciones de nueva generación, etc.; ambiental, relativa a ahorro y eficiencia energética y de recursos hídricos, accesibilidad y uso de energías renovables, movilidad urbana sostenible, refuerzo de medios de transporte menos contaminantes; y social, relacionada con centros de servicios sociales, sanitarios, culturales y deportivos, gasto corriente destinado a servicios sociales, principalmente educación y atención a personas en situación de dependencia.
Los solicitantes de estas ayudas serán los municipios, las mancomunidades de municipios y las agrupaciones de municipios constituidas a tal efecto para el desarrollo y ejecución de los proyectos y actuaciones financiables.
Habida cuenta de que, en el contexto nacional, el peso medio de la región de Murcia es del 2,8%, parece probable que al menos 140 millones de euros vengan a parar a estas latitudes, que se podrían destinar a «reforzar la ciencia y la innovación españolas actuando desde el ámbito local». Pero una ciudad no es de ciencia porque lo diga un ministerio, sino por otras razones mucho más poderosas y un ejemplo nos puede poner sobre la pista.
Kista, o más conocida como Kista Science City, es una ciudad situada a las afueras de Estocolmo que se ha convertido en el principal distrito europeo -y uno de los primeros del mundo- en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs). Existen unas 1.400 empresas con unos 30.000 empleados, 20.000 de ellos trabajando en 520 compañías de TICs. Hay 1.100 investigadores y 5.000 estudiantes relacionados con las TICs, desde multinacionales, como Ericsson, Nokia, HP, Microsoft, Intel y Oracle, hasta pequeños emprendedores. Esta fuerte concentración origina un ambiente único con un enorme potencial.
Pero Kista Science City no es sólo tecnología, pues en su municipio viven 120.000 personas, de las cuales 65.000 trabajan allí y 5.000 son estudiantes universitarios. En Kista se armoniza la actividad académica de las universidades con el trabajo de institutos de investigación y de empresas en torno a las TICs. Su filosofía es simple: la soledad no es una fortaleza. La creciente competencia internacional provoca una creciente demanda de sinergia entre actividades innovadoras intensivas, mano de obra altamente cualificada y capital riesgo.
Si se quiere estimular el mercado laboral, o cambiar el modelo productivo -como ahora se dice- hay que entender que ese es el clima donde florecen los negocios que crean empleo y riqueza. La innovación, la investigación y la cooperación abierta entre emprendedores, academia y administraciones locales son de vital importancia para las oportunidades de expansión de una empresa. Los suecos han entendido muy bien estas ideas y las han aplicado mejor. ¿Seremos capaces de conseguir alguna ciudad de ciencia?