17 de agosto de 2009

Numerosos estudios médicos realizados en los últimos veinte años han delatado que los recubrimientos realizados mediante flocaje pueden ser nocivos para los trabajadores y provocarles enfermedades pulmonares. Esta técnica consiste en la deposición de gran cantidad de partículas diminutas de fibra conocidas como floc sobre una superficie y se utiliza en la fabricación de múltiples productos cotidianos, como bolsos, zapatos, muebles y el interior de los automóviles.

Los socios que conforman el consorcio del proyecto FFLIC unieron sus fuerzas para desarrollar una nueva tecnología de recubrimiento que impidiera la dispersión de microfibras en el ambiente. Se prestó especial atención al tacto y las propiedades ópticas y acústicas de la capa de recubrimiento, cuyo componente fundamental fueron pinturas a base de agua. Además, los socios de FFLIC consiguieron acortar el proceso de producción, que pasó de tener cuatro etapas a sólo dos, reduciendo así los costes. Asimismo, resulta más fácil deshacerse del recubrimiento cuando sea necesario.


Investigadores de EDAG Engineering & Design AG, con sede en Kassel (Alemania), realizaron un análisis de la calidad de las primeras muestras desarrolladas. Se efectuó una evaluación preliminar para determinar la resistencia a la radiación ultravioleta del barniz básico, que no contenía fibras. En una serie de pruebas, se aplicaron barnices a diversos paneles de plástico para observar la influencia del material plástico y del grosor del recubrimiento en la adhesión de la pintura.


Seguidamente se realizaron más pruebas para estudiar el efecto producido por distintos tipos de fibras. Por último se examinaron los resultados tras la aplicación de abrasión y condensación. Terminadas las pruebas, se modificó la fórmula del barniz para que se ajustara mejor a los pulverizadores automáticos. El grupo de EDAG también llevó a cabo una prueba relacionada con el cambio de las condiciones climáticas. Tras someterlo a un examen riguroso, se concluyó que el nuevo recubrimiento era adecuado para una amplia gama de aplicaciones técnicas. El material daba además una gran libertad de diseño a aquellos estilistas que lo consideraron más similar al fieltro que al flocaje.


Las propiedades del nuevo material de recubrimiento se ajustaban a la mayoría de los requisitos establecidos por la industria del automóvil. Además, se constató que no se liberaban fibras al rozar o arañar la superficie, por lo que los riesgos que plantean las microfibras quedaron descartados.