25 de febrero de 2010

El PIB del sector agrario decreció en 2009 un 10,8 por ciento, casi cuatro puntos más que otros sectores como la industria o la construcción. Estas cifras oficiales ofrecidas ayer por consejera de Hacienda Pilar del Olmo, dejan al descubierto lo que tantas veces ha sido denunciado por ASAJA, que la crisis estaba pasando su peor factura al campo regional.

Aun teniendo en cuenta que una parte de esa bajada se debió a un hecho incontrolable como la mediocre cosecha, la mayor parte de esta caída brutal obedeció al derrumbe de los precios de los productos agrarios –especialmente los cereales, la carne de porcino, vacuno y ovino, la leche y la patata, subsectores mayoritarios en la comunidad autónoma–. "El problema no es que haya una cosecha mala, algo con lo que los agricultores han convivido y sorteado desde siempre, el problema de fondo es que lo que producimos no vale nada, y eso no es que lo digamos nosotros, es que las estadísticas oficiales lo dejan absolutamente claro", subraya ASAJA.

Para la organización agraria, estas cifras no tienen que ser utilizadas, una vez más, por nuestros políticos como una constatación inevitable, como si el sector agrario no tuviera arreglo. "El sector agrario no puede estar o dejar de estar de moda, porque los alimentos son necesarios, hoy y en el futuro. El problema, hablando en claro, es que tenemos unos políticos que son unos zoquetes, embarcados en batallas sin utilidad, y que mientras están permitiendo a las multinacionales gobernar los mercados con patente de corso", afirma ASAJA de Castilla y León.

Para ASAJA, no es tiempo de lamentaciones ni de perdernos en previsiones estadísticas, porque en estos primeros meses de 2010 sigue esta tendencia, de bajos precios y altos costes: "Señores políticos, estas cifras no son vaticinios, la caída de renta agraria es reversible si se toman medidas valientes que reconduzcan los mercados, algo que por ahora no se ha hecho", apunta ASAJA. También recuerda la organización la necesidad de que articulen fuertes lazos comerciales entre el sector primario y la industria agroalimentaria para que se abastezca de materia prima regional, así como la tarea pendiente de la puesta en marcha de una gran empresa de distribución que impulse el sector agroalimentario de Castilla y León. "Lo que sí sabemos con certeza es que los agricultores y ganaderos van a hacer bien su trabajo, producir, invertir, arriesgar y mejorar sus rendimientos", concluye.