La Cultura, esa maravillosa amalgama de conocimientos, modos de vida y costumbres, que conforma uno de patrimonios más preciados y genuinos del ser humano, tiene un extraordinario exponente a lo largo y ancho de la geografía riojana.

Así, en sus diversos rincones, las manos sabias y laboriosas de maestros artesanos, hombres y mujeres, han sabido crear en otros tantos alfares, forjas, telares y talleres, con dedicación y mimo, utensilios, herramientas, adornos y obras de arte, domando así la rudeza de los materiales hasta convertirlos en piezas sutiles; y en el rincón más cálido de la casa, sobre fogones a fuego lento, esas manos pacientes han mezclado con suavidad los sabores de los alimentos salidos de la tierra, alumbrando nuestra variada gastronomía; y en otro rincón, una recóndita corrala junto al Najerilla, el teatro y la danza encontraban su mejor escenario; y desde otros rincones, el viento esparció por sus siete valles las melodías de músicos enamorados, los versos de poetas melancólicos, los cuentos tradicionales que oralmente van pasando de generación en generación… e incluso en un pequeño rincón sacro, algunos monjes plasmaron por escrito las primeras palabras de la lengua universal con la que ahora se escriben estos pocos renglones.

En nuestros días, cuando felizmente seguimos reconociendo y poniendo en valor nuestra Cultura, necesitamos seguir celebrándola, al aire libre o a cubierto, con mayor o menor despliegue de elementos técnicos, con grandes escenarios y aforos o en espacios íntimos donde la cercanía es vital… consiguiendo acoger todas las disciplinas artísticas.

Por ello, ponemos a disposición de cuantos agentes culturales participan en la encomiable labor de crear y difundir Cultura, un censo de espacios culturales, con todos los servicios que ofrecen, para que las diversas propuestas culturales encuentren el escenario más adecuado posible, de modo que todos disfrutemos, en óptimas condiciones, de nuestro Patrimonio Cultural.