Descripción

La población mundial ha aumentado en las últimas décadas, alcanzando en 2022 los 8.000 millones, lo que supone más de tres veces la registrada en el siglo XX. Se prevé que la población mundial aumente en más de un tercio, o 2 300 millones de personas, entre 2009 y 2050 y que casi todo este crecimiento tendrá lugar en los países en desarrollo. Este incremento de la población ha promovido una mayor demanda de bienes y servicios que ha implicado un aumento de la producción. En la Unión Europea la industria agroalimentaria es la principal actividad de la industria manufacturera, con un valor superior a los 1.121.000 millones de euros de cifra de negocios. La creciente demanda y su consiguiente producción han llevado a Europa a generan alrededor de 88 millones de toneladas de residuo alimentario, lo que supone un total de 143 billones de euros. Tradicionalmente, los residuos agroalimentarios se incineraban o se usaban para el compostaje con la consiguiente contaminación del aire, el agua y el suelo. Sin embargo, en la actualidad se consideran los residuos de la industria agroalimentaria (hortalizas, frutas, carne, hongos, mariscos, etc.) como una fuente interesante de compuestos potencialmente funcionales o bioactivos, que podrían ser de gran utilidad para los campos biotecnológico y cosmético, además de para el desarrollo de nutraceúticos y alimentos funcionales. Por otro lado, los residuos alimentarios pueden contener potenciales patógenos, residuos. Actualmente aparece el concepto de "upcycling", en el caso de los alimentos se aplica a los excedentes de alimentos, al desperdicio alimentario y a los subproductos. Este término implica que el material desechado se somete a un proceso de transformación que culmina con un mayor valor que el original. Por todo lo anteriormente citado, queda patente que la industria alimentaria ha encontrado un importante potencial de crecimiento en el mercado de los alimentos calificados como saludables o biosaludables, alimentos funcionales, dietéticos o enriquecidos, que han resultado ser un buen reclamo para el consumidor actual, preocupado cada vez más por mantener una dieta sana y equilibrada. En este contexto, y con el fin de mantener una posición competitiva, la innovación alimentaria ha crecido exponencialmente. dieta saludable, la sostenibilidad medioambiental y la rentabilidad económica.

A todo lo mencionado, hay que destacar que la industria alimentaria en los últimos años ha experimentado un nuevo avance tecnológico: la tecnología de impresión 3D o fabricación aditiva. La impresión 3D de alimentos puede ser utilizada para crear una amplia variedad de alimentos, incluyendo: pastas y carnes, dulces y postres, frutas y verduras y alimentos saludables. Entre las ventajas que aporta la impresión 3D de alimentos se puede destacar: la personalización, se puede crear alimentos personalizados y customizables, lo que puede ser beneficioso para personas con necesidades alimentarias específicas. La impresión 3D de alimentos tiene un gran potencial para revolucionar la industria alimentaria en el futuro.

La meta del presente proyecto es lograr que los subproductos de hongos pasen de ser únicamente empleados en el compostaje a utilizarse como ingredientes upcycled o ingredientes alimentarios intermedios (extractos de proteína y extractos de polisacáridos) para el desarrollo de alimentos fortificados, contribuyendo de este modo a la reducción de residuos agroalimentarios y al crecimiento económico del sector. En BIOFOOD se pretende diseñar dos tipos de productos fortificados: unos con polisacáridos y otros con proteínas. La fortificación de alimentos con polisacáridos ofrece ventajas por el aumento de fibra en el producto final. La fibra ha demostrado diversos efectos beneficiosos para la salud humana tales como la disminución del índice glucémico de los alimentos, interesante para pacientes con diabetes, la prevención de enfermedades cardiovasculares, ya que disminuye los niveles de colesterol en sangre, además de una mejora del tránsito intestinal, aumento de la sensación de saciedad para el control de la obesidad, por su capacidad de retener agua y, prevención del cáncer de pecho y colon. Desde CTICH se pretende diseñar un alimento que contenga un contenido alto en fibra. El extracto de polisacáridos va a aportar al alimento un aumento en el contenido de fibra y de β-glucanos, incrementando los beneficios para la salud.

La fortificación de alimentos con proteínas va a aportar al alimento un contenido mayor de proteínas. Las proteínas son un macronutriente vital para disfrutar de una buena salud y tienen diferentes funciones esenciales en nuestro cuerpo como el buen funcionamiento del sistema digestivo y hormonal o mantener los músculos en buen estado, entre otros. Este tipo de alimentos están dirigidos a personas mayores y deportistas. En el caso de las personas mayores es importante suministrarlas en cantidad suficiente porque ayudan en el mantenimiento de la masa muscular, la fuerza y la funcionalidad general, evitando la sarcopenia. En el caso de los deportistas, estaría orientado a la pérdida de peso y el aumento de masa muscular mediante la reparación y construcción de tejidos musculares, facilitando la recuperación y el crecimiento después del ejercicio.

Además de la fortificación de alimentos, CTICH va a continuar investigando la actividad antioxidante de los hongos con mayor potencial obtenido en proyectos anteriores (BIOTEC I y BIOTEC II), mediante el estudio de su efecto conservante en alimentos.

Resultados

Proyecto en curso

Duración

2025-2027

Subvención recibida

360.000 €

Imagen

Biofood


Enlaces

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Noticias

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