Situación de desamparo
¿Cuándo se declara? Procede declarar la situación de desamparo siempre que, de hecho, el menor carezca de la necesaria asistencia moral o material.
En particular, será apreciable la situación de desamparo en los siguientes casos:
a) Abandono del menor por parte de su familia.
b) Malos tratos físicos o psíquicos al menor.
c) Trastorno mental grave de quienes ostenten la patria potestad o la tutela, siempre que impida o limite gravemente los deberes de asistencia que conlleva.
d) Alcoholismo o drogadicción habitual en las personas que integran la unidad familiar, y en especial de quienes ostenten la patria potestad o la tutela, siempre que menoscaben gravemente el desarrollo y bienestar del menor.
e) Abusos sexuales o comportamientos o actitudes de violencia grave por parte de familiares o terceros en la unidad familiar del menor.
f) Inducción del menor a la mendicidad, la delincuencia, la prostitución o cualquier otra forma de explotación económica o sexual del menor de análoga naturaleza.
g) En general, cuando exista cualquier incumplimiento o inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes para la guarda y educación de los menores que comporte la objetiva desprotección moral o material de los mismos.
¿Quién la declara? El titular de la Consejería competente en materia de servicios sociales, a propuesta de la Comisión de adopción, acogimiento y tutela, por resolución expresa y motivada, en la que se expresarán los hechos que motivan la declaración.
¿Qué supone la declaración de desamparo? La resolución administrativa que declara la situación de desamparo de un menor determina, por ministerio de la ley, la atribución de su tutela a la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de La Rioja, que la ejercerá a través de la Consejería competente en materia de Servicios Sociales.
En su condición de tutora, la Administración es la representante legal del menor tutelado, asume su guarda y viene obligada a velar por él, alimentarlo, educarlo y procurarle una formación integral, así como a administrar sus bienes con la diligencia de un buen padre de familia.