18 de octubre de 2011

encierro

Hoy, 18 de octubre, entra en vigor el Decreto 27/2011, de 8 de abril, por el que se regulan los espectáculos taurinos populares en la Comunidad Autónoma de La Rioja. Esta normativa sustituye al decreto 1996 y tiene por objeto regular la realidad actual de los espectáculos taurinos en la Comunidad Autónoma de La Rioja. Entre las principales novedades, figura la modificación de la denominación anterior de estos festejos que hacía referencia a "espectáculos tradicionales" con carácter general, pasando a denominar los "festejos populares", dejando el término "tradicionales" para los que cuentan con un especial arraigo y que aparecen recogidos expresamente como tales en el articulado del decreto, para lo que los ayuntamientos deberén solicitar su reconocimiento en el plazo de un mes.

El nuevo decreto mantiene el régimen de las autorizaciones administrativas debido a la necesidad de salvaguardar los intereses generales y de garantizar el orden público y la seguridad pública así como la protección de los consumidores y destinatarios de los servicios, sin que quepa sustituirlas por medidas menos restrictivas para el prestador que puedan garantizar tales extremos, pues un espectáculo que se celebra sin cumplir unas mínimas garantías puede causar daños detectables solo a posteriori cuyas consecuencias pueden conllevar incluso víctimas.

Por otro lado, es de considerar la importante novedad que supone la nueva redacción que se ha dado a la edad y al tipo de las reses que participan en los festejos así como la inclusión de nuevos festejos de gran interés para los aficionados como el Bolsín Taurino.

La dirección control y suspensión de los espectáculos mantiene al Delegado Gubernativo como máxima autoridad de los festejos y se incluye el personal de organización para colaborar con este en distintas labores previas al comienzo del festejo. En cuanto a las condiciones sanitarias mínimas que deben reunir los festejos, se ha incrementado el número de efectivos y las dotaciones sanitarias en proporción al incremento de las edades de las reses y de las características de éstas. El Decreto, en fin, dota de garantías a los espectadores y determina las condiciones en las que los participantes pueden acceder al recinto.