El Ejecutivo regional, a través de la Dirección General de Empresa, Energías e Internacionalización, ha concedido una subvención total de 1.376.202,72 euros, cofinanciada con recursos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)
Las subvenciones del Gobierno de La Rioja para la financiación de proyectos de I+D+i e inversión en equipamiento científico-técnico, desarrollados por los centros tecnológicos ubicados en el ámbito de esta Comunidad Autónoma durante 2025, han impulsado el desarrollo de los proyectos Bioadbact (Apidit-Novex), Deepext (CNTA) y Asca (CTICH-Asochamp), ha informado hoy, día 3, el director general de Empresa, Energías e Internacionalización, Amadeo Lázaro.
El Ejecutivo regional, a través de la Dirección General de Empresa, Energías e Internacionalización, ha concedido una subvención total de 1.376.202,72 euros (sobre un presupuesto de 1,4 millones), cofinanciada con recursos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), a las iniciativas propuestas por el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), Centro Tecnológico de Investigación del Champiñón (CTICH) con Asochamp y Novex junto a Apidit.
Tal y como ha explicado Lázaro, esta línea "busca conseguir un mayor nivel de competitividad y excelencia de los centros tecnológicos riojanos". "Todo ello a través de la colaboración y la trasferencia de resultados en proyectos para resolver retos y demandas de sectores estratégicos de la economía riojana", ha incidido.
El director general, acompañado por el director gerente de NOVEX, Javier Oñate, el director adjunto del CNTA, Clemente Bea, y la directora del CTICH, Margarita Pérez, ha destacado que estas ayudas suponen "una aceleración y un impulso para el crecimiento de los centros tecnológicos y sus infraestructuras a través de proyectos de innovación". "Esta convocatoria -ha agregado- fortalece la investigación y la innovación como motor de desarrollo económico y social a través de los centros tecnológicos, consolidándose como el eje fundamental para el impulso de la investigación, el desarrollo y la innovación, gracias al despliegue de instrumentos financieros sólidos que facilitan tanto la creación de conocimiento como su traslado efectivo al tejido empresarial local".
El compromiso presupuestario del Gobierno de La Rioja "refuerza y acelera el crecimiento de los agentes del ecosistema de innovación riojano", ha apuntado.
El proyecto se basa en el desarrollo de aditivos biobasados de liberación controlada con actividad antibacteriana para su empleo en técnicas de impresión 3D. El objetivo es dar respuesta a la estrategia de Novex para los próximos años en relación con el posicionamiento del centro tecnológico como referente internacional en tecnologías orientadas a la seguridad del usuario, tanto en entornos de salud como en el ámbito laboral. La implicación de Novex en el desarrollo de tecnologías orientadas al usuario ha motivado la generación del laboratorio de fabricación funcional en seguridad (lo que ha ocasionado, a su vez, el equipamiento solicitado en esta propuesta).
La propuesta pretende abordar, en el corto plazo, el desarrollo de agentes biocidas que sustituyan a los actualmente empleados. Por aplicación del Reglamento de Ejecución (UE) 2024/2635, se prohibirá el uso de metales en materiales en contacto directo con la piel.
"Nosotros vamos a involucrar a diecisiete personas en el desarrollo de este proyecto, que es importante porque se enmarca dentro de nuestra línea estratégica, fundamentalmente vinculado a la sostenibilidad y la digitalización. Y ahora mucho más, porque estamos trabajando de lleno en seguridad y defensa del usuario. Creemos que el desarrollo de aditivos basados en una liberación controlada para una actividad antibacteriana podría ser muy beneficioso si lo desarrollamos en este proyecto. El propósito no es desarrollar estos aditivos, sino también utilizarlos en la impresión 3D, ya sea en piezas para el calzado o para otros tipos de sectores", ha argumentado Javier Oñate.
El proyecto Deepext propone optimizar el proceso de extrusión de alimentos mediante el desarrollo de un sistema predictivo innovador basado en procesos gaussianos informados por la física (PIGP), integrando de forma inédita modelos de poroviscoelasticidad y balances de masa con datos experimentales y simulaciones en COMSOL. Esto se hará mediante ensayos piloto, simulaciones por ordenador y validaciones a escala semindustrial, con el objetivo de deducir las condiciones óptimas (temperatura, velocidad de husillo, humedad y proporción de materias primas) para alcanzar propiedades de calidad del producto objetivo (por ejemplo, módulo de elasticidad).
Además, un algoritmo de optimización multiobjetivo (pymoo) generará configuraciones de Pareto que equilibrarán textura, eficiencia energética y valor nutricional. Esta combinación de física y aprendizaje automático permitirá mejorar la calidad y consistencia del producto, reducir el consumo energético y los costes operativos, facilitar la transferencia tecnológica a plantas industriales y posicionar a CNTA como referente en innovación alimentaria.
Por su parte, Clemente Bea ha expresado que "la innovación o la investigación en general no tendrían sentido si no tuvieran impacto en el sector". "Para ello, los centros se encuentran en ese eslabón necesario que requiere la creación de modelos piloto, desarrollos piloto, validaciones, antes de la implementación industrial. ¿Qué pretendemos con este proyecto? Modelizar todo este proceso y desarrollar un modelo que nos permita predecir y evitar, sobre todo, tener que hacer muchos más experimentos y posibilite el ahorro energético, con lo que esto conlleva, y que podamos hacer una predicción clara de qué tipo de alimento queremos con los ingredientes y parámetros que tenemos en el proceso", ha razonado.
El quid de Asca (Alternativas Sostenibles al Compostaje de sustratos para el cultivo de Agaricus Bisporus) radica en evaluar el potencial de residuos/subproductos agroalimentarios, ganaderos y forestales de proximidad como materias primas alternativas a la paja de trigo y la gallinaza en la formulación de sustrato para el cultivo de Agaricus bisporus, contribuyendo así a la economía circular y a la mitigación del cambio climático.
Desde la fundación del CTICH, se estableció una línea estratégica basada en la economía circular, reutilización del sustrato de post-cultivo de champiñón (SPCH) y aprovechamiento de otros residuos agrarios para el sector del champiñón.
"Este proyecto se basa principalmente en la obtención de nuevas materias primas a partir de residuos agroalimentarios, ganaderos o forestales, cercanos a nosotros, que nos permitan aumentar la sostenibilidad del cultivo de champiñones, obteniendo un cultivo más productivo, sostenible y local y, sobre todo, garantizando que podamos mantener y disponer de estas materias primas", ha descrito Margarita Pérez. Además, ha puesto en valor que este proyecto "podrá transferirse a nuestras empresas y adaptarse a todo tipo de hongos".