Según ha informado hoy en un comunicado la Generalitat Valenciana, de esta manera INESCOP, con sede en Elda, trata de facilitar el cumplimiento de la legislación relativa a sustancias conflictivas y el de los criterios establecidos en la etiqueta ecológica europea para el calzado.
Generalmente, los engrases son utilizados para restablecer la flexibilidad original que la piel pierde tras ser curtida y teñida.
Durante este proceso, los engrasantes que no han reaccionado con la piel son arrastrados en los baños que se realizan a las piezas, por lo que pueden acabar formando parte de los vertidos de la empresa.
Por este motivo, INESCOP investigará el grado de contaminación que estos productos aportan a los baños de las piezas y, en general, a los vertidos totales de las tenerías.
El objetivo del instituto es, por una parte, asegurar que los productos de engrase mantengan la calidad de las piezas y, por otra, clasificar su impacto sobre el medio ambiente, para que los curtidos seleccionen los más adecuados para el calzado y para el entorno.
INESCOP pertenece a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (REDIT) y está impulsado por la Conselleria de Industria, Comercio e Innovación.