1.- ¿Cual es la naturaleza y los aspectos distintivos de la invención que ha patentado?
Se trata de un gel de fibrina que contiene en su interior células, cuyo material genético ha sido manipulado para que produzcan un factor de crecimiento concreto, que bien puede ser para formar nuevos vasos sanguíneos o bien puede formar nuevos nervios. La ventaja de esta técnica es que se introducirán células de los propios pacientes y además la liberación de los factores de crecimiento será mantenida en el tiempo, aunque de forma limitada.
2.- ¿Qué soluciones aporta y en que campos o sectores se puede aplicar?
Podría solucionar problemas de úlceras crónicas en pacientes con problemas vasculares, e incluso en pacientes diabéticos. Serviría como terapia de apoyo en la movilización de grandes colgajos en la cirugía reparadora y, como objetivo a largo plazo, podría emplearse en mejorar la adaptación del tejido transplantado en el transplante facial.
3.- ¿Ha recurrido a servicios profesionales para llevar a cabo la protección de su invención?
El invento ha sido desarrollado por nosotros, pero el desarrollo de la patente ha sido apoyado y financiado por la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Gregorio Marañón, cuyo gerente es el doctor Albino Navarro. Gracias a las ayudas y consejos de dicha fundación, se ha contratado una CRO, que nos va a apoyar en el desarrollo del ensayo clínico.
4.- ¿Que valor adicional considera que ha obtenido con la patente?
Un conocimiento mayor del campo de la investigación, puesto que cuando comencé a investigar, no pensaba que lo que hacía podría tener una aplicación clara en el terreno de la medicina. Yo creo que la patente ha de ser el objetivo final que demuestre que la investigación desarrollada ha sido realmente de provecho.
5.- Desde su perspectiva como investigador de un centro público de investigación, ¿qué medidas (normativa, apoyo y asistencia, ayuda económica) considera necesarias para fomentar la protección de los resultados de la investigación y su comercialización?
Creo que en nuestro país todavía no hay un desarrollo claro en este sentido, puesto que el porcentaje de proyectos de investigación que se realizan y que acaban en patente es muy bajo. En primer lugar habría que mentalizar a los investigadores en que el reto ha de ser patentar. Por otro lado, la aparición de las fundaciones para la investigación creo que abre excelentes perspectivas para que los datos de investigación sean protegidos y te orienten en el trato y negociación con la industria.
6.- ¿Desde donde considera que deben de existir: en la institución donde se trabaja, en la Administración Pública correspondiente.?
Quizá haría falta un organismo específico para toda la comunidad, con personal cualificado que sirva de nexo entre los investigadores y la industria. En lo personal, creo que la Fundación para la Investigación de mi hospital ha trabajado escrupulosamente en este sentido y por ello les estoy muy agradecido.