No obstante, la comisión encargada de la revisión también expresa su gran preocupación por la sostenibilidad de esta institución a largo plazo e insta a la Comisión Europea a hacer cuanto esté en su mano para adaptar sus normas y procedimientos al cometido del CEI, el cual no es otro que apoyar la investigación competitiva en las fronteras del conocimiento en Europa.
En febrero de 2007, cuando se fundó el CEI, se acordó que sus estructuras y mecanismos deberían someterse a una revisión en el contexto más amplio de la evaluación intermedia del Séptimo Programa Marco (7PM). Dicha revisión ha estado a cargo de seis expertos en gestión y política de investigación dirigidos por Vaira Vike-Freiberga, catedrática de psicología y ex presidenta de Letonia. Su informe está basado en conversaciones con altos funcionarios del CEI, en comunicados de organizaciones de investigación y en una encuesta realizada entre los solicitantes y revisores de los programas de subvenciones de esta entidad.
En el informe se subrayan los buenos resultados del CEI por lo que concierne a atraer una cantidad elevada de solicitudes de subvención y, a la vez, a científicos de prestigio de todo el mundo para revisarlas. Se atribuye el éxito del CEI al entusiasmo de la comunidad científica y a la manera en que la Comisión Europea ha sabido respetar la libertad académica de los grupos que han evaluado las solicitudes. La comisión de revisión alaba de manera especial al Comisario europeo de Ciencia e Investigación, Janez Potocnik, por marcar la pauta a este respecto. «Estas buenas prácticas constituyen factores cruciales que se deberían conservar en el futuro», se asegura en el informe.
Los revisores también reconocen la influencia positiva del CEI en los sistemas nacionales de investigación. Ahora muchos países se remiten a la evaluación realizada por el CEI para conceder sus propias subvenciones de investigación a individuos cuyas solicitudes se ajustaban a los requisitos de calidad del CEI pero que, por falta de presupuesto, no recibieron subvención de este organismo.
En vista de la elevada demanda de financiación del CEI, la comisión de revisión recomienda que en los programas marco futuros se incrementen el tamaño y la importancia del CEI.
Pese a todo lo anterior, en el informe se advierte de que «al nivel más fundamental, se aprecia una incompatibilidad entre, por un lado, la filosofía de gobernanza, las normas administrativas y las prácticas actuales y, por otro lado, los objetivos declarados del CEI».
Se señala que hasta el momento la buena voluntad y la entrega de los implicados en el CEI han compensado estas deficiencias. Pero en el informe se afirma que «una institución no puede sobrevivir a base de buena voluntad únicamente». Los revisores alegan con preocupación que, si no se atienden debidamente estas cuestiones, «el éxito inicial del CEI puede ir diluyéndose».
Un problema de peso que se destaca en el informe son los «excesivamente onerosos» reglamentos relativos a la contratación de los revisores y a sus gastos, pues disuaden a los científicos de participar en el proceso de revisión del CEI. «El CEI sólo podrá funcionar correctamente si consigue los servicios de los mejores científicos de Europa para que emitan un juicio justo y bien fundado sobre las propuestas recibidas», asegura la comisión de revisión. «Los revisores no son contratistas, sino unos valiosos voluntarios que deben recibir el trato correspondiente.»
Por otra parte, en el informe se recomienda que los miembros del Consejo Científico del CEI, y en especial su Presidente y Vicepresidentes, sean recompensados por sus funciones y que las instituciones a las que pertenecen reciban una gratificación en concepto de apoyo administrativo.
Además, la dirección del CEI debería componerse de científicos en su mayoría, se recomienda en el informe. «No es de recibo que hoy, en Europa, al frente de programas de investigación comunitarios de gran envergadura, haya individuos que no sean científicos ni hayan vivido en primera persona la experiencia de llevar adelante una empresa científica con éxito. Se trata de una deficiencia estructural que hay que remediar de inmediato», se lee en el informe.
Por último, los revisores recomiendan la realización de otra evaluación externa en el plazo de dos años para cerciorarse de la aplicación de las recomendaciones recibidas y determinar qué otros cambios convendría efectuar.
«Para Europa, el CEI posee una importancia estratégica en evolución y ya está ejerciendo una influencia positiva considerable en el panorama de la investigación en Europa. No obstante, la continuidad de este éxito y lograr que el CEI se afiance como un organismo de primer nivel a escala mundial dependen de que se realicen ajustes en la filosofía operativa y de que haya tesón en la visión de futuro que condujo al mismo establecimiento de esta institución», escribe la profesora Vike-Freiberga a modo de resumen.
«Confiamos en que la Comisión Europea actúe con diligencia en respuesta a nuestras recomendaciones, pues el CEI representa un instrumento novedoso y esencial para la investigación europea.»
Por su parte, el Comisario Potocnik recibió con agrado este informe y declaró: «Si bien el CEI ya puede considerarse un organismo líder en la financiación de investigación en las fronteras del conocimiento en Europa, nuestras ambiciones no deben detenerse ahí. Las conclusiones de esta comisión de revisión nos ayudarán a fijar el rumbo de nuestra labor futura, a fin de que el CEI madure y constituya una pieza plenamente efectiva del sistema de investigación de Europa.»
La Comisión Europea dará cumplida respuesta a este informe y expondrá sus propuestas sobre el futuro del CEI antes de octubre de 2009.