«CIEN AÑOS DE LA GOTA DE LECHE. ARQUITECTURA, SANIDAD Y JUVENTUD»

Mª Inmaculada Cerrillo Rubio, Fco. Javier Iruzubieta Barragán y Roberto G. Fandiño Pérez
Instituto de Estudios Riojanos y Ayuntamiento de Logroño

El trabajo que se presenta a continuación es el fruto de un año de investigación transdisciplinar en el que se aúnan la historia del urbanismo y la arquitectura logroñesa con la historia social y cultural. El objetivo perseguido por los tres autores era mostrar cómo la historia de una ciudad y de sus edificios más emblemáticos es también la de los ciudadanos que los usaron y los dotaron de vida. De ahí que la Historia de la Gota de Leche sea también la de la doctrina higienista, hija del liberalismo decimonónico y la de unos jóvenes que para bien o para mal aparecieron asociados al propio edificio desde sus primeros pasos.

La parte dedicada a la arquitectura del edificio comprende tres apartados. * El occidente logroñés en el siglo XIX: un espacio para la memoria; * el arquitecto Luis Barrón; * y el análisis del edificio y sus diferentes intervenciones arquitectónicas.

Comienza con el estudio de la zona occidental logroñesa en el siglo XIX, zona en la que se levantará el edificio del Laboratorio Municipal en los años 1900-1901. En 1904 se destina un espacio lateral para dedicarlo a la institución de la Gota de Leche. Este occidente logroñés acoge en algo más de un siglo a las instituciones fundamentales de la vida cotidiana de la ciudad, primero de la sociedad decimonónica: la iglesia y órdenes monásticas, el ejército, y la inquisición. A partir del siglo XX su espacio se prepara para recibir los edificios de la nueva sociedad: fábricas, escuelas, pabellones administrativos y laboratorio municipal, que a partir de los últimos años del siglo dejan paso a espacios para el ocio y la cultura que dan respuesta a las necesidades de la nueva sociedad.

El epígrafe dedicado al arquitecto logroñés Luis Barrón aporta nuevos datos en cuanto a su vida personal y profesional. Su obra, tanto en el campo del urbanismo como propiamente en el arquitectónico, dejó una profunda huella en la formación de la ciudad contemporánea: su Plan General de alineaciones, la reforma del convento de la merced para construcción de la fábrica de tabacos, (actual Biblioteca pública), el Laboratorio Municipal (Gota de Leche), el Matadero (Casa de las Ciencias), la Electra riojana (Casino de Logroño) o el Instituto de Segunda Enseñanza, además de un gran número de edificios de viviendas, aportaron al paisaje urbano de Logroño la tendencia historicista tan habitual en la arquitectura de finales del siglo XIX y que Barrón sabe reflejar con su impronta personal en estos edificios.

Por último se pasa a analizar las diferentes reformas y funciones que a lo largo de un siglo soportará el edificio, y que para bien de los logroñeses ha mantenido la imagen inicial del proyecto. Intervenciones que van a contar con un buen número de arquitectos de Logroño, algunos de los más significativos de la construcción de la ciudad del siglo XX: Fermín Álamo que aborda la primera reforma del edificio en 1927, el proyecto de Rafael Fontán, o las intervenciones de los arquitectos municipales Rafael Alcoceba y Carlos Lloret en los últimos años del siglo XX, instalando el Laboratorio, la casa de la juventud y la casa de la Música. Con los primeros años del siglo XXI se aborda la reforma que dará lugar a lo que hoy conocemos como Gota de Leche: centro de recursos juveniles y artísticas, cuyo proyecto llevan a cabo Noemí Grijalba y José Garrido.

portada in siglo de la gota de leche