Rescatadores de semillas autóctonas cohabitan con plantaciones de transgénicos. Pese a ser -con diferencia- la comunidad autónoma española más consumidora, la producción de alimentos ecológicos, libres de aditivos y respetuosos con el entorno, no despega en Catalunya. Y eso que en la última década la superficie de tierras dedicadas a estos cultivos se ha multiplicado por siete.
Las aproximadamente 70.000 hectáreas de terrenos catalanes donde actualmente crecen hortalizas, frutales, viñedos o cereales sin someterse a tratamientos químicos representaban el año pasado el 4,5% de la superficie destinada a agricultura ecológica en España, según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural. Este 2010, aseguran fuentes de la Conselleria d'Agricultura, se está ya muy cerca del 5%. Con todo, el porcentaje dista aún del 54% de Andalucía, que lidera el ranking seguida por Castilla-La Mancha (15%) y Extremadura (7%).
«Hay que tener en cuenta que la situación económica global no es precisamente boyante», alega Rosa Cubel, directora general de Agricultura de la Generalitat. Los alimentos ecológicos «son entre un 20 y un 30% más caros que los convencionales, por lo que aún tiene más mérito el crecimiento registrado estos últimos años», destaca Cubel.