España ocupa el puesto número 28 en el índice de capacidad innovadora de la European Business School, a la cola de las principales potencias europeas --Reino Unido, Francia y Alemania--, y por delante de Chile e Italia, según un informe sobre la innovación para el desarrollo 2009-2010 realizado por la Escuela de Negocios Europea.
Dicho estudio señala que Suecia, Finlandia y los Estados Unidos están a la cabeza en capacidad innovadoras, por delante de Suiza, Inglaterra, Taiwán, Japón, Corea y Alemania, que se sitúan entre los veinte países más innovadores.
Este informe, con el que se miden una amplia gama de factores políticos e instituciones que contribuyen al fortalecimiento de la innovación en 131 países, estudia entre otras cuestiones el entorno institucional, los recursos del capital humano, la presencia de inclusión social y el marco legal y regulatorio.
De acuerdo a este estudio, España ocupa un puesto "relativamente bajo" para un país con unos ingresos per cápita por encima de los 30.000 millones de euros. Su posición es inferior a las de las tres repúblicas bálticas, y se sitúa un puesto por encima de Chile, el primer país sudamericano en innovación.
El informe indica que entre las debilidades que rebajan el potencial para la innovación de España, destacan las trabas a la creación de nuevos negocios debidas a una "excesiva burocracia y tramitación innecesaria", bajos niveles de inversión en investigación y desarrollo, bajos niveles de penetración de las nuevas tecnologías, y una Administración Pública "menos eficiente" que la de otros países de nivel económico similar.
Asimismo, el informe indica que España carece de una sola universidad entre las primeras cien instituciones de educación superior del mundo.