Por si fuera poco, muchas de las empresas usan la información técnica como cortina de humo, es famoso el caso de las empresas japonesas que una vez localizada una invención interesante (propia o ajena), patentan todas sus posibles variantes para asegurarse que dominan ese mercado en el futuro. Esto genera muchísima confusión sobre la fiabilidad de los datos que se pueden usar en procesos de innovación.
LA VIGILANCIA TECNOLÓGICA: EL PRIMER PASO
Como respuesta a este problema muchas organizaciones privadas y públicas han decidido apostar por la de vigilancia tecnológica.
La vigilancia tecnológica se puede definir como el esfuerzo sistemático en la planificación, recolección, producción y propagación de información de un determinado tema de interés.
El uso de técnicas de vigilancia tecnológica es un gran avance, que permite la sistematización en la búsqueda de la información y su archivo.
Poder tener la información interesante depurada, produce una lista de ventajas larguísima. Si nos enfocamos en el mundo empresarial hay tres innegables: ahorra tiempo (acorta el leak time), ahorra dinero (se puede hacer diseño orientado a costes) y mejora la posición estratégica (se conoce en qué está trabajando la competencia y que posición adoptar).
Sin embargo la vigilancia tecnológica adolece de tres problemas principales:
SEGUNDO PASO: LA INTELIGENCIA
La evolución natural de la vigilancia tecnológica es la inteligencia. Dar una definición de inteligencia es prácticamente imposible (ni siquiera los expertos en inteligencia se ponen de acuerdo). La que yo uso es la siguiente: inteligencia es el esfuerzo sistemático en la planificación, definición de objetivos, recolección de información, procesamiento, producción, propagación y toma de posición, respecto a un tema. Este conjunto de fases se le denomina, de manera genérica "ciclo de inteligencia".
La inteligencia se basa en un conjunto de técnicas, bastante numerosas, pero con de rasgos comunes:
LA INTELIGENCIA VS LA ESTREATEGIA
La inteligencia en sus diferentes versiones (analítica, competitiva, económica...) puede parecer que compite con la estrategia clásica y el análisis estratégico (disciplina retratada por Kenichi Ohmae en su libro "La mente del estratega" y por Michael Porter en "Ser competitivos"). Desde mi punto de vista la estrategia y la inteligencia son disciplinas totalmente complementarias. La inteligencia busca y estructura la información, saca conclusiones y realiza las proyecciones, mientras la estrategia desarrollar los planes de toma de posición y su planificación a largo plazo.
La aplicación de la inteligencia a la investigación y desarrollo tiene dos vertientes de trabajo: por una parte estudiar los proyectos de I+D+i previamente al comienzo de la investigación adecuándolos a los objetivos estratégicos de la empresa y por otra cumple el sueño de cualquier investigador, hacer prospectiva tecnológica.
LA META: LA PROSPECTIVA TECNOLÓGICA
La prospectiva tecnológica consiste en proyectar y comparar las tecnologías que compiten en un mercado, establecer su madurez y conocer su ciclo de vida, entre otras muchas cosas. Las diferentes proyecciones realizadas nos permiten "dibujar" los posibles escenarios e incluso definir los escenarios más probables.
No es necesario explicar la enorme utilidad de poder "usar una bola de cristal para predecir el futuro". Esta posibilidad de poder prever los posibles futuros implica un aumento de la ventaja estratégica de la empresa, ya que podremos posicionarnos en el mercado con antelación a la competencia y de manera más sólida.
Sin embargo no todo es un camino de rosas en la aplicación de la prospectiva, las técnicas que se aplican no son sencillas, el problema de la inundación de información y distinguir entre la relevante de la no relevante no está resuelto, pero sobre todo, hay desconfianza sobre cómo es posible que alguien pueda establecer futuros posibles. Todos estos problemas se ven superados cuando se conoce la potencialidad de las técnicas usadas y sus aplicaciones (un gran número de ejemplos de éxito de inteligencia se recogen en el libro Competing on Analytics de Davenport y Harris)
Sin duda a la inteligencia y la prospectiva les espera un gran futuro y es esencial para las empresas adoptarlas para mejorar su competitividad y poder reducir la incertidumbre en el futuro.
Autor: Mario Esteban Martínez. Gerente de Innovación Acciona S.A.