La explotación ganadera valenciana Granja San Ramón ha creado un fertilizante totalmente orgánico, el primero del mercado sin olor y con un alto poder nutritivo, a partir del subproducto que les sobra de transformar en energía el estiércol de sus vacas en la planta de biogás que tienen en sus instalaciones.
Esta empresa familiar, ubicada en la localidad valenciana de Requena, fue pionera en la utilización de los residuos de sus 2.500 reses para fabricar energía gracias a la planta de tratamiento de biogás y que les permite transformar el metano del estiércol en energía eléctrica y térmica.