3 de mayo de 2010
Si en diciembre saltaba a todos los medios informativos el éxito de la que llamé 'sábana santa', hecha con un tejido 'milagroso' salido del Instituto Tecnológico del Textil (AITEX), con sede en Alcoy, en colaboración con la empresa 'Aznar Textil', ahora es noticia un calcetín de fibra con propiedades preventivas y curativas de lesiones en la piel de los pies. A finales de 2009 se hacía público que sábanas hechas con una tela que utiliza la quitina de crustáceos y moluscos como componente básico había sido 'ensayada' en el Hospital General de Valencia con éxito total. Sus tres virtudes principales, capacidad bactericida; menor adherencia a la piel reduciendo el riesgo delusiones por erosión o fricción y efecto nutritivo y regenerador de la epidermis de los pacientes, como la muy sensible de algunos recién nacidos a los que el mínimo roce produce ampollas.
La información que hace un par de días ha difundido Efe sobre la fibra salida de AITEX, promovida por la empresa de prendas deportivas 'Lurbel' para la fabricación de calcetines, sobre todo para deportistas, no es tan completa como para comprobar si la fibra tiene elementos comunes con la tela utilizada en la fabricación de la 'sábana santa'. El hecho de que tenga cualidades para la prevención de daños en la piel de los pies y que la regeneren cuando hay llagas, me sugieren coincidencia científica.
Sea como fuere, es de justicia reconocer los muchos logros que AITEX y otros institutos tecnológicos, como los del juguete y del calzado, se han apuntado. Y me pregunto qué frutos más abundantes no podrían haber dado estos institutos de haber sido dotados de más medios humanos y materiales. Seguro que hubieran realizado un papel más decisivo en la permanente puesta en vanguardia de los sectores del textil, del juguete y del calzado. Lanzaderas de investigación, desarrollo e innovación en comunión con las empresas, abiertos a todas y más comprometidos con las que inviertan en proyectos concretos, como en los casos que estamos comentando, estos institutos, a los que ahora se va a sumar el del mármol, están llamados a conectarse entre ellos y con los parques tecnológicos de las Universidades para una necesaria coordinación que aproveche al máximo las excelencias de los investigadores y saque el máximo rendimiento a las inversiones de la Generalitat y de los empresarios.