Lo primero que tenemos que hacer después de que nos ocurra esto es no castigarnos demasiado porque somos seres y humanos, y como táles no somos perfectos ni perfectas. Además nuestros hijos e hijas no necesitan padres y madres perfectos, solo necesitan que les queramos y les demos nuestro amor incondicional.
Es normal que en algún momento nos podamos sentir desbordados o desbordadas, y si decimos algo que ha estado fuera de lugar o nos sentimos mal por algo que hemos hecho o dicho, es tan sencillo como saber reconocerlo y pedir perdón. Nuestros hijos e hijas nos los agradecerán, y les estaremos enseñando una doble lección; primero que sus sentimientos nos importan, y luego que sentimos lo que ha pasado. Así tenemos más posibilidades de que en un futuro ellos actúen de la misma manera.