Son muchos los niños y niñas que no se sienten cómodos durmiendo fuera de sus casas por múltiples razones, y no es aconsejable obligarles ya que podrían vivirlo como una experiencia traumática; es mejor esperar a que crezacan un poco y sean ellos o ellas mismas los que inducidos por nosotros vean los beneficios de pasar la noche fuera, como por ejemplo estar con amigos, poder ir de campamentos... Pero si conseguimos motivarles para que la decisión salga de ellos y no lo tomen como una imposición, las expectativas de éxito serán mucho más altas.

Además , no podemos perder de vista que no todos nuestros hijos e hijas maduran de la misma forma y es muy importante respetar sus tiempos y sus miedos, a la vez que les ayudamos a superarlos.