Lo primero en lo que tenemos que fijarnos es en si realmente el tiempo que dedican nuestros hijos e hijas al estudio es efectivo o no. Muchas veces se pasan horas frente a un libro y en realidad han estado perdiendo el tiempo o bien porque no se concentran, o porque no saben estudiar, o no entienden lo que están estudiando... Una vez nos hemos asegurados que su tiempo de estudio es de cantidad y de calidad y aún así suspenden, sí podríamos plantearnos hablar con el colegio por si puediésemos estar frente a un caso de problemas del aprendizaje, dislexia, discalculia... o un déficit de atención, un bajo C.I.... Es bueno buscar el por qué de esos malos resultados, pero no debemos olvidar lo importante que es para los niños premiar en esfuerzo.