Nuestros hijos e hijas pasan mucho tiempo conviviendo y es normal que con tanto contacto aparezcan roces y peleas. Las causas más frecuentes de las discusiones entre hermanos y hermanas suelen ser la competición de cosas de la casa, como puede ser el mando de la tele, las galletas, el sitió del sofá...También discuten por la atención de los progenitores, a fin de cuentas mientras estamos realizando una actividad con uno de nuestros hijos, el otro u otra puede sentir que no estamos con el o ella. Estos celos son muy habituales entre los menores y se suelen resolver a medida que van creciendo. Los celos suelen ser el mayor causante de conflictos, pero si relativizamos nos daremos cuenta que es un sentimiento humano, y que debemos hablar con nuestros hujos e hijas para que expresen como se sienten, nosotros les explicaremos y poco a poco se irá resolviendo.

Como adultos es mejor que nos centremos en las soluciones y no tanto en los problemas, debemos intentar no centrarnos en quién tiene la culpa de lo que ha pasado porque la mayoría de las veces y no lo hemos visto y solo tenemos la versión distorsionada de los menores.Tenemos que ver el conflicto como algo normal y restarle importancia, no tomar partido por nadie y dejar que en la medida de lo posible lo resuelvan pos sí solos.