Cuando coges a tu bebé en brazos, lo único que haces es expresar tu amor, generando así sentimientos de seguridad y felicidad. Por lo tanto, eso nunca puede ser malo. Aunque es cierto que cuando tienen pocas semanas o meses pueden acostumbrarse a estar en brazos, conviene que te preguntes: ¿a quién no le gustaría recibir cariño y amor? Son vulnerables, incapaces de sobrevivir sin apoyo y protección externa, necesitan de tu ayuda... así que no debes perder de vista cuál es tu función, que fundamentalmente es brindar amor, seguridad y bienestar. Es evidente que esto no se consigue únicamente cogiendo a tu bebé en brazos, pero si tu instinto te dice que lo hagas, no tengas miedo y hazlo.