Durante las fiestas de Navidad los niños y niñas no paran de recibir regalos, sobre todo de parte de Papá Noel y los Reyes Magos. ¿Es bueno que reciban tantos? Los expertos avisan de que un exceso de presentes puede crear el síndrome del niño hiperregalado.

Avalancha de regalos

Nuestros hijos e hijas reciben en menos de dos semanas una gran avalancha de regalos. En algunas familias los presentes para los más pequeños y pequeñas pueden llegar a más de 20. Estos regalos quizá son cosas que llevan deseando desde hace tiempo y que seguramente les hacen mucha ilusión.Pero hay otros que son elegidos al azar para completar la lista de regalos, anhelos que no se corresponden con verdaderas necesidades o ilusiones. Al no saber qué pedir, nuestros hijos e hijas terminan demandando sin ningún criterio.

Los padres tienen que saber cuál es ese regalo que están esperando con tanta ilusión y para ello, además de hablarlo, lo ideal es jugar con ellos y saber así qué es lo que les gusta, con qué juegan más, qué les hace ser más creativos o qué les resulta más divertido y emocionante. Hay que intentar buscar juguetes que estimulen sus capacidades, que puedan compartir y con los que puedan jugar con otros niños o niñas, pero sobre todo juguetes que ayuden a su crecimiento en habilidades sociales.


La frustración y el capricho en un niño o niña hiperregalado

Al recibir regalos durante las 2 semanas que duran las fiestas, no solo se desconcentran y viven en una tensión continua; también se sienten frustrados cuando no reciben los que han pedido. Incluso cuando se les da presentes que no han incluido en su lista de deseos, se enojan porque no los querían. Nuestros hijos e hijas suelen valorar los regalos por la cantidad y no la calidad, convirtiéndose en egoístas.

Los progenitores debemos ir cambiando esa tendencia, ya que en la mayoría de los casos tampoco somos capaces de poner un límite. Normalmente preferimos cumplir todas las peticiones que nos hacen para que no se disguste o se enfade. No sabemos negarnos a sus deseos y necesidades, ni queremos "ser los malos de la película" y no regalarles todo lo que nos piden.

Las consecuencias de nuestra actitud son habitualmente negativas, aunque lo hagamos con la mejor intención. Nuestros pequeños/as empezarán a dar poco o ningún valor a los presentes. Incluso pueden desarrollar la idea de que no hace falta esforzarse para conseguir las cosas. Se pueden convertir en niños y niñas caprichosos y egoístas, llegando a desarrollar el síndrome del niño tirano acostumbrado a lograr todo lo que quiere y en cualquier momento.

Ayudar a nuestros hijos e hijas

Para que estas situaciones tan complicadas no se repitan todos los años, los padres y madres tenemos que ayudarles a escribir su carta a Papá Noel o los Reyes Magos. Deben incluir solo regalos que necesitan y que le ayuden a crecer en sus habilidades sociales. No podemos dejar que pida 15 o 20 regalos sin ningún medida o límite.

Las fiestas de Navidad y otras como los cumpleaños se pueden convertir en oportunidades para inculcar a nuestros hijos e hijas valores como la solidaridad, la bondad, la generosidad, la gratitud o la empatía. Los padres y madres cambiaríamos estas situaciones negativas en momentos en los que los más pequeños pueden desarrollarse como personas.


La regla de los 4 regalos

Una buena idea para evitar este síndrome del niño hiperregalado, es establecer la regla de los cuatro regalos en próximas ocasiones como los cumpleaños. Una forma de lograr que nuestros hijos e hijas reciban solo lo que verdaderamente quieren.Los más pequeños solo podrían pedir 4 cosas: algo para vestir, algo necesario, algo emocional y un regalo que tenga una finalidad. Con esta propuesta nos aseguramos de que el número de regalos no sea excesivo y de que realmente los quieran o necesiten. También pueden pedir regalos para niños y niñas que puedan necesitarlo, como algún familiar o conocido.

Además, en las casas de otros familiares y amigosdeben pedir tan solo un regalo para no terminar abrumados con tantos presentes. Podemos sentarnos a hablar y reflexionar con nuestros parientes y explicarles que tantos regalos no son buenos para nuestros hijos e hijas, explicándoles lo es el síndrome del niño hiperregalado.