Si haces muchos regalos a un niño o niña, no valorará el amor con el que se lo entregas: puede tener riesgo de sufrir el Síndrome del niño hiperregalado y sus consecuencias. ¿Cómo evitarlo en Navidad?


Se acercan fechas en las que los regalos son los protagonistas. Y son muchas las familias que deciden no mirar la cartera cuando se trata de regalar a un niño o a una niña. ¿Ha apuntado diez juguetes en su carta? No pasa nada, se los regalamos todos, no vaya a pensar que no le queremos o que no tenemos suficiente dinero.


Hemos de decir que esta costumbre, más que beneficiar y ser muestra de poder o cariño y amor hacia nuestros hijos e hijas, se puede convertir en el preámbulo al síndrome del niño hiperregalado. Pero, ¿en qué consiste exactamente este síndrome?

Niño hiperregalado: el exceso de regalos no es bueno

A grandes rasgos, es un síndrome que provoca que los niños y niñas no valoren los regalos que reciben y que, además, consigue que se vuelvan caprichosos y exigentes con los detalles. "Son incapaces de prestarles la atención y el tiempo necesario a todos los regalos y acaban centrándose en uno solo y olvidando el resto.

"Las consecuencias de recibir tantos regalos son nocivas para los niños y niñas, pues transmiten mensajes poco educativos como pensar que conseguir las cosas es fácil, valorar poco lo que tienen o pensar que el esfuerzo no es necesario para lograr los objetivos".

Las consecuencias de regalar demasiadas cosas a los menores son claras. Así las expone Francesc Núñez:

  • Niños/as sobre estimulados: "Serán incapaces de prestar atención y el tiempo necesario a todos los regalos y acabaran centrándose solo en uno"
  • Pierden la ilusión: al recibir tantas cosas al mismo tiempo, los pequeños acaban perdiendo la ilusión por encontrar y descubrir sorpresas, por lo que no valorarán lo que se les está entregando
  • Disminuye su nivel de tolerancia a la frustración: : "El día que deje de recibir tantos regalos quedará frustrado e insatisfecho", expone Núñez.

¿Por qué sobre regalamos a los niños y niñas?

Las razones para hacer a los niños y niñas cantidades ingentes de regalos por Navidad o por el cumpleaños son varias.

En primer lugar, destaca la falta de gestión emocional: "Los progenitores son incapaces de contenerse y de asumir las consecuencias que puede tener negar regalos a los hijos e hijas. Prefieren claudicar ante las protestas o bien ceder a la satisfacción propia que les da contribuir a los deseos de los pequeños/as".

En segundo lugar, podemos hablar del sentimiento de culpa. Ese que aparece en familias que no pueden pasar con sus hijos e hijas todo el tiempo que les gustaría y que intentan compensarlo con cosas materiales. "El sentimiento de culpa que se produce en las familias que no pueden compartir tiempo con sus hijos/as, hace que se tienda a comprar más obsequios con el fin de consolar".

Otra razón por la que las familias compran excesivos regalos a los pequeños: el refuerzo positivo para compensar circunstancias difíciles (la muerte o enfermedad de un familiar, la llegada de un nuevo hermanito, una separación o divorcio,…) es otra de las razones.

¿Cómo evitar el síndrome del niño hiperregalado?

No existe ningún estudio que relacione la cantidad de cosas materiales con el estado del ánimo (pero sí hay encuestas que afirman que los niños y niñas prefieren recibir regalos emocionales antes que juguetes). Por eso, son muchos los psicólogos que se han hecho eco de esta tendencia abusiva de regalos y han propuesto métodos para combatirla. El más conocido es la regla de los cuatro regalos.

Una regla ya muy común que apuesta por regalar, como máximo, cuatro cosas a los niños por Navidad o por su cumpleaños. Cosas que no se pueden repetir entre sí. En concreto propone regalar:

  • Algo que necesite (un cuaderno nuevo, una caja de lápices o rotuladores,…)
  • Algo que pueda llevar puesto (algo de ropa, una mochila, unos zapatos,…)
  • Algo que pueda leer (o algo que permita pasar tiempo en familia): una experiencia, un juego de mesa, un viaje,…
  • Algo que desee (aquí sí entraría uno de los juguetes que haya pedido)

Además de esta regla, la psicóloga Mar García propone otras acciones que también pueden contribuir a evitar este síndrome:

  • Donar los juguetes que ya no utilicen a los más necesitados
  • Pedir un juguete (siempre que sea posible) para un niño que no pueda recibir regalos por navidad
  • Espaciar la apertura de los regalos para no abrirlos todos a la vez








Fuente:serpadres