Ante esta situación, la extinta Consejería de Desarrollo Autonómico, Administraciones Públicas y Medio Ambiente, se planteó la creación de un ente que, entre otras cuestiones, aglutinase estos tres Parques de Bomberos, confiriéndoles un claro carácter de Parques Comarcales, que utilizase los recursos, tanto materiales como humanos al máximo, mejorando la eficacia y eficiencia con una perfecta coordinación entre todos ellos.
Se complementaba el plan con un cuarto Parque. Aunque tutelado por la Comunidad Autónoma de La Rioja, el nuevo organismo debería tener personalidad jurídica propia e independiente de quienes lo formasen, debería ser ágil y rápido en sus decisiones y con una clara idea de ofrecer un buen servicio a los ciudadanos. Rápidamente se pensó en en la figura jurídica del Consorcio como una administración nueva, con capacidad para la realización en régimen de gestión directa, del servicio de extinción de incendios, salvamento y protección civil en el territorio de la Comunidad Autónoma de La Rioja.
Así, poco a poco, dialogando con los ayuntamientos directamente implicados, con las organizaciones sindicales más representativas, con los propios empleados públicos de los Parques, buscando las fórmulas más adecuadas para su financiación, siempre pensando en que la supervivencia del Consorcio estuviese garantizada, se fue construyendo aquel ente, inicialmente desconocido y que en el año 2009 cumplió diez años.